Presentación número 20º
PISA 2012: Lecciones y reflexiones
El Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo) se ha convertido en el retrato internacional de los sistemas educativos, que ha venido con voluntad de quedarse y ser cada vez más influyente, sobre todo por la dimensión mediática que ha adquirido y su peculiar manera, considerada por muchos exitosa, de evaluar externamente a los estudiantes en las llamadas competencias básicas. Su influencia ha servido para fijar la mirada en aquellos países que son capaces de obtener los mejores resultados en estas pruebas y para generar una búsqueda de respuestas a estos resultados, de posibles medidas que pudieran adoptar aquellos sistemas educativos que quieran mejorar. A esta tendencia no es ajena la realidad española, donde en el preámbulo de la LOMCE (Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa) aparecen expresiones como “el sistema actual no permite progresar hacia una mejora de la calidad educativa, como ponen en evidencia los resultados obtenidos por los alumnos y alumnas en las pruebas de evaluación internacionales como PISA (Programme for International Student Assessment),”, “el Informe PISA 2009 arroja unos resultados para España que ponen de relieve el nivel insuficiente obtenido en comprensión lectora, competencia matemática y competencia científica, muy alejado del promedio de los países de la OCDE.” “Las evaluaciones externas de fin de etapa constituyen una de las principales novedades de la LOMCE con respecto al marco anterior y una de las medidas llamadas a mejorar de manera más directa la calidad del sistema educativo. Veinte países de la OCDE realizan a sus alumnos y alumnas pruebas de esta naturaleza y las evidencias indican que su implantación tiene un impacto de al menos dieciséis puntos de mejora de acuerdo con los criterios de PISA.” Sin embargo, no faltan las voces críticas sobre su contenido, desarrollo, y especialmente sus resultados.
En este número de Avances de Supervisión Educativa nos hemos propuesto seguir aportando puntos de vista en torno a las pruebas PISA.
En primer lugar, Julio Carabaña ha analizado el problema de los bajos resultados de los alumnos españoles de 15 años en la prueba de resolución de problemas de PISA-2012. Según señala, revisados los datos y análisis de la OCDE, “la principal causa de la diferencia entre la prueba de resolución de problemas y las de Lectura, Matemáticas y Ciencias es el uso de ordenadores en la administración de la prueba”, dejando patente el controvertido uso de dichas herramientas.
Antonio Villar, estudia en su artículo el grado de equidad del sistema educativo español. Señala como conclusión que “Hay diferencias importantes de igualdad de oportunidades entre las comunidades autónomas españolas” y que “La mayor igualdad de oportunidades se da en las comunidades con mejor rendimiento educativo.”
Esteban Vázquez-Cano,Eloy López-Meneses y Fabrizio Manuel Sirignano analizan en su artículo la incidencia de ocho variables del PISA-2012 realizado de Finlandia y España “agrupadas tipológicamente en tres ámbitos: ámbito familiar, uso de internet para actividades lectoras y disponibilidad de libros en casa en los resultados de la competencia lectora de los estudiantes de ambos países.”
Guillermo Torres Zambrano, centra su artículo en uno de los aspectos más especialmente controvertidos de las pruebas PISA: su difusión mediática y la manera de influir en la opinión pública. En su análisis, extrapolable al contexto de otros países, analiza lo publicado en los principales periódicos colombianos, y la manera de generar opinión principalmente sobre los resultados numéricos, más que sobre cualquier otro aspecto.
Guillermina Tiramonti realiza un análisis de los resultados obtenidos en el contexto de América Latina, donde ocho países de la región (Argentina, Chile, Uruguay, Colombia, Brasil, Costa Rica, México y Perú) participan desde el año 2000 de las pruebas PISA, partiendo de un sucinto panorama de la situación socioeducativa en la que se hallan inmersos, y que debe ser considerada a la hora de analizar resultados.
Ildefonso Méndez Martínez, concluye en su artículo la idea de que “La sociedad española no presta atención suficiente a la perseverancia, la responsabilidad o la capacidad de postergar recompensas como cualidades a fomentar en un niño.”
Además de estos artículos centrados en PISA-2012 se publican otros nueve artículos, una interesante entrevista a Antonio Villar, la reseña del libro “Autoevaluación de centros educativos. Cómo mejorar desde dentro.” y la reseña de la revista Con-Ciencia Social que en su número 17 se tituló “Formas de resistencia y modos de educación”
Espero que este nuevo número sea del interés de todos ustedes.
El equipo de redacción.