Reseña de Javier Peña: La ciudadanía hoy. Problemas y propuestas

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  • Elías Ramírez Aísa

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Resumen

Título: LA CIUDADANÍA HOY. PROBLEMAS Y PROPUESTAS

Autor: Javier Peña Echevarría

Editorial: UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

ISBN: 9788484480716

Valladolid, 2000.

Traemos a colación el libro de Javier Peña Echevarría porque es quizá uno de los libros que de manera didáctica aborda en su integridad el concepto de ciudadanía en las sociedades actuales. Un concepto, como es sabido, que hace referencia al estatuto formal de pertenencia a una comunidad política. Concepto controvertido, polémico y multidimensional, pues no sólo atañe a la legalidad y estructura política, sino que incorpora un componente emocional que está en la base de su polémica y limitaciones. El concepto tiene una proyección histórica que el autor no aborda, como tampoco lo aborda en los hechos y procesos de la realidad. El punto de partida y objeto de análisis es la ciudadanía desde una perspectiva filosófica.

Desde este punto de vista el libro pretende explicar qué significa ser ciudadano hoy y propone reflexionar sobre lo que podría y debería significar, tema que aborda en el primer capítulo, en el que esboza la noción de ciudadanía y en el que se incluyen tres ingredientes básicos: la idea de pertenencia; la noción de derechos; la de participación. Cada uno de estos ingredientes se corresponden con tres corrientes políticas en función del elemento que priorizan : los comunitaristas que acentúan el arraigo emocional con la comunidad, los liberales que defienden los derechos previos a la constitución de la sociedad y que consideran un límite al poder del Estado, y los republicanos que ponen el acento en la participación como elemento de integración en la comunidad construida.

Esta triple perspectiva se completa con su análisis de la ciudadanía social, esto es, las condiciones materiales que posibilitan el ejercicio efectivo del estatus jurídico-político del ciudadano. Condiciones que se han considerado indispensables para un ciudadano pleno, pero que han tenido sus críticos en neoconservadores, neoliberales, anarcoliberales e intelectuales de la izquierda clásica, como deja claro el autor. Aun cuando reconoce que la ciudadanía social es un concepto en crisis, reivindica una postura intermedia, que concilie la democratización del Estado, la consolidación de las conquistas sociales y económicas, y todo ello en una vinculación crítica un Estado que consolide un marco jurídico y medidas políticas que posibiliten una igualdad real.

Otro aspecto abordado por el autor es la relación entre ciudadanía y multiculturalismo, exponiendo ante este problema los siguientes postulados: a) del enfoque liberal clásico que demanda un Estado neutro; b) el enfoque multicultural que pide el reconocimiento de las diferencias; y c) el enfoque plural y democrático defendido por Habermas con su defensa de la intersubjetividad y deliberación sobre cuestiones de interés general. Igualmente expone los problemas que presenta el multiculturalismo si se presente en su concepción esencialista que defiende la cultura por encima de los individuos o la de la diferencia extrema que puede terminar en la ghetización de la sociedad en el enfoque multicultural Para evitar estos problemas el autor aboga por una perspectiva universalista que reconozca las diferencias y busque su convergencia sobre un sustrato compatido. Apelar a valores universales compartidos, en opinión de Javier Peña, puede hacer posible la convivencia cultural.

En el cuarto capítulo analiza la relación entre ciudadanía y nacionalidad, para lo cual parte de una interrogación : ¿Necesitamos una identidad nacional? La respuesta a esta pregunta viene a través de los argumentos que están en el debate político, con el añadido de las funciones positivas de la identidad nacional­ - cohesión, identidad, solidaridad, legitimidad del orden político- para a continuación penetrar en sus inconvenientes, por la irrealidad del discurso nacionalista, su vinculación moral a un grupo particular, su acentuación de la homogeneidad de la sociedad y su base sobre la tradición. Una vez analizado el problema de la nacionalidad, se adentra en el interior de sus fronteras, esto es, en los problemas de la mundialización y la emigración, lo que provoca no poca tensión entre dos extremos, el universalismo y el particularismo. No cabe duda que la posición del autor, como se ha afirmado más arriba, es caminar hacia por una senda universalista que subsuma la ciudadanía dentro de la noción de derechos humanos.

A partir de aquí, Javier Peña analizará los tres grandes modelos que configuran la ciudadanía hoy, con sus retos incluidos, y de los cuales nos ha ofrecido, dentro de lo que denomina calidad de la ciudadanía, una serie de notas en el artículo publicado en esta revista digital. Estos modelos se resumen en los siguientes, a saber :

1) El modelo liberal que reclama la primacía del individualismo, de los derechos individuales frente a lo colectivo y cuyo reto es conciliar los derechos individuales - asentados en la triada libertad, igualdad y propiedad - y el compromiso cívico con un Estado cuya función es garantizare los mismas. El individuo, sostendrá el liberalismo, tiene prioridad ontológica y es el punto de partida a partir del cual se explica lo colectivo. De ahí que su preocupación sea cómo garantizar que derechos y libertades sin que sean limitados por un Estado que, no obstante, consideran necesario para garantizar la coexistencia. No obstante, hoy en día, autores como Rawls o Dworkin, al tiempo que proclaman la neutralidad ética del Estado, no renuncian a las ideas de bien y comunidad, matizando los postulados clásicos del liberalismo.

2) El modelo comunitario que al paso que critica el modelo individualista

liberal, proclama que la autorrealización individual no puede darse sino es en condiciones comunitarias, pues la realización efectiva de los derechos está ligada a la participación comunitaria. Son los valores compartidos que devienen dados, pues se asientan en la tradición, los que resalta, lo ue origina una imagen monolítica e inmutable que al fin termina imponiéndose por la coacción. De ahí que este modelo se sitúe tan próximo a la adhesión patriótica.

3) El modelo republicano, que se sitúa como tercera vía entre los dos modelos anteriores. Si en la libertad del ciudadano coincide con los liberales, debe matizarse que se trata que es una libertad que no se define frente a la esfera pública, al Estado, sino que está ligada a la garantía del orden normativo equitativo creado y mantenido por las instituciones, mientras que éstas se nutren de la participación y el cumplimiento del deber cívico por parte de los ciudadanos. Reivindica el sistema jurídico e institucional como protector de la acción de los ciudadanos, confiriéndoles derechos y deberes mediante leyes. Fuera de la ley no hay libertad. Luego la ley no garantiza una libertad previa, sino que la crea por su acción. Su reto, como afirma el autor, es demostrar que puede ofrecer algo más que una retórica sugestiva.

El preciso trazado de este libro es una excelente guía para quien quiera conocer el estado de la cuestión de un tema que está vivo tanto en el debate público como en la agenda política y en la Academia; y ello desde el rigor del análisis , la claridad de la exposición y el equilibrio de postulados cuando toma partido, lo que no es poco.

ELÍAS RAMÍREZ AÍSA

Cómo citar

Ramírez Aísa, E. (2008). Reseña de Javier Peña: La ciudadanía hoy. Problemas y propuestas. Avances En Supervisión Educativa, (9). Recuperado a partir de https://avances.adide.org/index.php/ase/article/view/326

Publicado

2008-10-01

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