Editorial

Authors

  • Esteban Martínez Lobato

Abstract

La dirección es un elemento clave del sistema escolar y un factor importante que incidir  incide directamente en la calidad de la educación. Está suficientemente demostrada la conexión entre liderazgo pedagógico y escuelas eficaces. Newman, King y Yong (2000) nos proporcionan un marco para entender la mejora continua y sostenida de los centros, enfocada a los aprendizajes de los alumnos y las alumnas. Sostienen que el factor crítico es la capacidad interna de mejora, es decir, la competencia colectiva de la escuela para dar respuesta a los retos que se le presentan y gestionar los cambios de modo eficaz. La dirección es un elemento clave en el incremento de esa capacidad, para establecer una cultura de entendimiento y colaboración entre los distintos miembros de la comunidad educativa, elaborar e impulsar proyectos que generen ilusión y compromiso,  y crear equipos de trabajo coherentes con ellos.

Pero la realidad es que en nuestro país, a pesar de los cambios introducidos del modelo electivo de directores de la LODE al modelo selectivo de la LOCE y la actual LOE,  carece de los necesarios atractivos para que el profesorado se presente y comprometa en el desempeño de este cargo. Por ello, consideramos necesario dignificar social, profesional y económicamente la dirección al mismo tiempo que se debe exigir una evaluación y unos resultados que inviten  a la responsabilidad que esta función lleva consigo.

En las última décadas en España hemos pasado por diferentes cambios como han sido la libre designación de directores, el acceso a la dirección profesionalizada (Cuerpo de Directores), selección por parte de la Administración entre una terna de profesores presentada y elegida por el Claustro en la LOECE (1980),  el modelo electivo y participativo de la LODE (1985), la acreditación y la categoría de director en la LOPEGCE (1995),  y el  modelo selectivo de la LOCE (2002) y de la LOE (2006).

Elegir o seleccionar es la primera fase del proceso, pero el éxito o el fracaso de una u otra forma de acceso, depende no sólo de quienes eligen o qué comisiones seleccionan,  sino que también viene determinado del posterior seguimiento que se haga de los proyectos de dirección presentados y de la evaluación que de los directores (bien sean elegidos o  seleccionados) se haga. Aspectos que, por cierto, han fallado en el sistema y que pueden ser también la causa de nuevos fracasos.  Por eso aquí nos postulamos por un modelo participativo y de liderazgo pedagógico compartido de la dirección escolar, en el que primen los proyectos y los resultados, la autonomía y la evaluación.

ADIDE Federación con este número monográfico de nuestra revista digital, quiere contribuir al análisis, investigación  y al debate acerca de la dirección de los centros educativos, referidos a diferentes campos que son influyentes entre sí y determinan su carácter:

Modelos de dirección: En Europa predomina la selección, basada en criterios profesionales, para ocupar un puesto de trabajo específico, que se considera como la culminación de la trayectoria profesional docente.  Sólo en Portugal y España, por razones históricas, se ha intentado implantar el sistema de "elección democrática", que ha sido cambiado en ambos países, en el caso de España por la LOCE y la LOE.

Los criterios de selección dependen en cada país de muchos factores, principalmente del perfil del cargo, de las funciones que ha de desempeñar y del modelo de administración y gestión  de centros escolares:

El modelo centralizado francés e italiano: selección funcionarial por concurso oposición.

Modelo federal alemán y austriaco: Promoción funcionarial por procedimientos diferentes según los estados federales.

Modelo escandinavo: selección para el liderazgo pedagógico.

Modelo portugués: elección de un director no profesional.

Modelo español: En las última décadas en España hemos pasado por diferentes cambios como han sido la libre designación de directores, el acceso a la dirección profesionalizada (Cuerpo de Directores), selección por parte de la Adminstración entre una terna de profesores presentada y elegida por el Claustro de la LOECE (1980),  el modelo electivo y participativo de la LODE (1985), la acreditación y la categoría de director en la LOPEGCE (1995),  y el  modelo selectivo de la LOCE (2002) y LOE (2006).

  • Perfil del directivo: puede estar centrado en el control y gestión de recursos (perfil burocrático y administrativista) o en la dinamización pedagógica, de coordinación de equipos de profesores, de promoción de la innovación y de compromiso con el cambio (liderazgo pedagógico compartido).
  • Rol de la dirección: ¿Es representante de la administración y/o representante de la comunidad educativa? ¿Es el "jefe" que esencialmente aplica lo ya establecido o es el impulsor y gestor de la mejora y el cambio en el centro?
  • Capacitación específica para el cargo: Nos preguntamos ¿es necesario o no de poseer unas aptitudes, capacidades, habilidades y destrezas específicas para ejercer la función directiva?
  • La formación para directores ¿debe ser previa o inicial al proceso de selección o puede ser posterior?
  • ¿Se considera  necesario presentar  un proyecto de dirección?
  • ¿Cómo debe ser la evaluación de la función directiva? ¿La evaluación de directores debe ir dirigida a evaluar los  proyectos de dirección presentados? ¿Cómo evaluamos  los resultados obtenidos?

Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos y con el presente número de nuestra revista intentamos responder.

Esteban Martínez Lobato, Presidente de ADIDE Federación

How to Cite

Martínez Lobato, E. (2006). Editorial. Avances En Supervisión Educativa, (4). Retrieved from https://avances.adide.org/index.php/ase/article/view/229

Published

2006-09-01