Presentación Monográfico número 39º
Presentación monográfico
EVALUACIÓN EXTERNA DE CENTROS Y PLANES DE MEJORA.
Actuaciones de la inspección de educación en las diferentes comunidades autónomas.
José Luis Estefanía Lera,
Inspector de Educación jubilado
La participación de la inspección en la evaluación del sistema educativo y de los elementos que lo integran constituye una de sus funciones fundamentales y debe concretarse en la evaluación de los centros, la función directiva, la práctica docente, servicios, proyectos y programas educativos.
La función de evaluación de la inspección educativa cobra todo su sentido en el contexto de autonomía de los centros y de proyectos educativos propios y adaptados al circunstancias y características de cada comunidad educativa. Asimismo, la evaluación externa de los centros, por parte de la inspección con un fin de mejora y potenciación de la autoevaluación, constituye una de las estrategias más idóneas para ayudar a los centros a identificar sus fortalezas y debilidades y contribuye para que mejoren continuamente como institución.
Este monográfico está exclusivamente dedicado a la evaluación externa de los centros por parte de la inspección educativa y su acompañamiento en los planes de mejora derivados. Sus objetivos son: compartir lo que la inspección educativa está haciendo en sus respectivas comunidades autónomas; ver la evolución que ha tenido desde la década de los años 90 del pasado siglo donde tuvo un papel protagonista, y explorar las tendencias y expectativas de futuro que pueden condicionar un modelo de inspección profesional y eficiente, con criterio técnico y transparente en cuanto a los fines de sus actuaciones, los instrumentos y las técnicas utilizados.
Trataremos la evaluación de centros en su sentido más amplio, incluyendo también otras acciones de evaluación que la inspección lleva a cabo y que inciden en el centro en su conjunto como: el apoyo a los planes de autoevaluación de los centros y sus correspondientes planes de mejora, la evaluación de los proyectos y programas propuestos por la administración educativa, y las actuaciones de evaluación que afectan al centro dirigidas a la función directiva y de la práctica docente y al análisis de los resultados del alumnado, tanto internos, como externos (consecuencia de las pruebas diagnósticas) y sus consiguientes planes de mejora.
Se trata de un monográfico eminentemente práctico que quiere ayudar a compartir planes, estrategias, técnicas e instrumentos de evaluación de centros y otras acciones de evaluación que lleva a cabo la inspección. Por ello, el monográfico contendrá artículos de las diferentes comunidades autónomas. Además, combinará otros artículos de análisis global del tema y de una visión europea del mismo.
Esperamos que el monográfico contribuya a poner en valor la importancia de la evaluación de centros como una actuación sustantiva y prioritaria de la inspección que conlleva un trabajo en equipo, una relación directa con la comunidad educativa y un fin de mejora de los centros y de trabajo conjunto con ellos.
En este primer número del monográfico participan las comunidades de Aragón, Castilla La Mancha, Islas Baleares y Comunidad Valenciana y en diciembre de 2023, pretendemos que podamos presentar artículos que traten del resto de comunidades.
En el artículo de la comunidad autónoma de Aragón han participado: José Luis Castán Esteban (Inspector de Educación en la provincia de Teruel); Luis Mallada Bolea (Inspector de Educación en la provincia de Zaragoza); Gema Nieves Simón (Directora de la Inspección de Educación de Aragón); Ignacio Polo Martínez (Inspector de Educación en la provincia de Huesca); Óscar Sánchez Estella (Inspector de Educación autonómico en la Dirección de la Inspección); Melanie Scott Taylor (Inspectora de Educación en la provincia de Zaragoza).
El modelo de evaluación de centros de la Inspección de Educación de Aragón se sustenta en cuatro principios básicos: respeto a la autonomía, participación de la comunidad educativa, adecuación al contexto y búsqueda de la mejora. Puede tratarse de una evaluación global o parcial y se puede aplicar tanto de forma externa como interna o mixta a los centros docentes.
La herramienta utilizada consiste en analizar cinco ámbitos de la realidad de los centros que contienen entre dos y tres dimensiones cada uno. A su vez, cada dimensión se estructura en subdimensiones, dando lugar a una serie de indicadores sobre los que se basan los correspondientes ítems, que dan lugar a unos cuestionarios, que se valoran con una escala de 1 a 4 y que se aplican al profesorado, familias, alumnado y al evaluador/a.
En el pilotaje de la evaluación de centros que se llevó a cabo durante el curso 2021/2022, se trató de una evaluación mixta y global, ya que se aplicaron todos los ámbitos con la intención de que se pudiera difundir a todos los centros para que, de forma autónoma o en colaboración con la Inspección de Educación, si así lo deciden, puedan emplear la herramienta seleccionando los ámbitos que consideren oportunos.
En cada centro educativo se creó un grupo de discusión compuesto por distintos sectores de la comunidad educativa (equipo directivo, profesorado, familias, alumnado) y la Inspección de Educación, donde se analiza la información obtenida con los cuestionarios y con otros instrumentos de evaluación utilizados por la inspección como entrevistas, observaciones y análisis de documentos. Se concluye el proceso con el informe del centro y con el informe de la inspección sobre la valoración de los resultados, del proceso y propuestas de mejora.
Se destaca que, en este modelo de evaluación de centros, la función principal de la Inspección es la de acompañar y asesorar al centro en la aplicación del protocolo, en el análisis de los resultados, detectando aspectos o dimensiones sobre los que se podría progresar planteando actuaciones en el Plan de Mejora y en la Programación General Anual, que posteriormente, deberían reflejarse en la Memoria anual del centro, así como en los Proyectos de dirección que en el centro se pudieran presentar.
El artículo de la evaluación de centros en Castilla La Mancha, elaborado por Margarita Mora Alonso (Inspectora central de Educación) y Silvia Moratalla Isasi (Inspectora General de Educación), pone de manifiesto el modelo seguido en dicha comunidad desde el año 2003 con las consiguientes actualizaciones. El análisis del centro educativo se estructura en torno a cinco ámbitos que se despliegan en dimensiones, subdimensiones, indicadores e ítems que son comunes a los procesos de evaluación interna y externa para garantizar que estén integrados y respondan a una misma finalidad.
La autoevaluación tiene un marco temporal es de cuatro años coincidiendo con el proyecto de dirección, distribuyendo las dimensiones a evaluar anualmente de manera coherente y equilibrada. En todos los cursos se analizará el ámbito que trata el proceso de enseñanza y aprendizaje. La inspección asesora el proceso y proporciona una guía de ayuda. Se propone que cada centro seleccione cuáles son los aspectos a evaluar, desde su contexto y se enlaza con el plan de mejora del centro.
La Inspección de Educación de forma paralela y en el mismo periodo de tiempo, debe desarrollar el plan de evaluación externa utilizando, el análisis de los indicadores homologados que se determinen, así como el análisis de documentos programáticos, la realización de entrevistas, la participación en alguna de las sesiones de trabajo de los distintos órganos de gobierno o de coordinación didáctica, y la observación directa de situaciones concretas de enseñanza y aprendizaje. Concluye la evaluación externa con un informe del inspector de educación en el que recoge las conclusiones sobre los aspectos evaluados.
El artículo de Josep Lluís Bonnín Roca y Josep Gomila i Benejam (Inspectores de Educación de la Comunidad Autónoma de Isles Balears) pone de manifiesto el compromiso de la inspección con un modelo integral de evaluación de centros, centrado especialmente en los procesos de enseñanza-prendizaje, que se divide en dos fases, una primera de autoevaluación, para la cual la Inspección Educativa ha elaborado una herramienta de autoevaluación que se basa en el desarrollo de dos grandes bloques que se concretan en diferentes ámbitos que a su vez, se subdividen en dimensiones y, éstas, en criterios, los cuales se traducen en cuarenta y dos rúbricas que determinan cuatro niveles de asunción, o descriptores lo que permite no solo determinar en qué punto se encuentra cada centro, sino que ofrecen (en el nivel 4) una visión de lo que debería conseguirse en vistas a la excelencia. Asimismo, se proporcionan unos cuestionarios dirigidos al profesorado, alumnado y familias.
Y una segunda fase de validación externa por parte de la inspección que además del análisis de los resultados de los instrumentos de autoevaluacón cuenta con otras herramientas que le van a permitir triangular la información de cara al proceso de validación como guías para dirigir las entrevistas de los principales agentes responsables y guiones para la supervisión de los documentos institucionales del centro y actas de los órganos colegiados y de coordinación.
El proceso termina con la redacción del informe de validación por parte del equipo de inspectores una vez valoradas las conclusiones de la reunión con el equipo evaluador interno.
El artículo de la Comunidad Valenciana, elaborado por Mercé Cerver Dasí (Inspectora General de Educación), indica que no se dispone de un plan de evaluación que contemple todos los aspectos de evaluación externa de los centros, pero sí que se procura apoyar las mejoras y los cambios en el ejercicio de la autonomía pedagógica y organizativa de los centros. Las actuaciones de la inspección se centran en dos dimensiones estratégicas: en primer lugar, la supervisión y evaluación parcial de la gestión económica en los centros públicos como eje de su autonomía de gestión, La Inspección remite a los centros que son objeto de esta supervisión un formulario de autoevaluación que es complementario al modelo de informe que utiliza la inspección para la supervisión.
Y, en segundo lugar, la supervisión y evaluación del plan para la mejora (PAM), como desarrollo de su autonomía pedagógica, que recoge, teniendo en cuenta las propuestas de mejora de la memoria anual del curso anterior, el conjunto de actuaciones pedagógicas de la programación general anual concretando la intervención educativa en el centro educativo y su entorno. Conlleva la planificación, autoevaluación y seguimiento del propio centro y su diseño ha de ser aprobado por el claustro y el consejo escolar. La inspección realiza un informe de supervisión y evaluación en diferentes ámbitos con indicadores de valoración cuantitativa y cualitativa, que concluye con la propuesta de autorización de programas específicos de Educación Secundaria, las propuestas respecto a las necesidades formativas del profesorado, la evaluación global cuantitativa respecto a las actuaciones desarrolladas en el marco del PAM y la evaluación global cualitativa y propuesta de dotación de recursos humanos para la mejora continua del centro educativo.
Estimamos profundamente el trabajo realizado por todos los profesionales de la inspección educativa que han querido compartir en este monográfico sus experiencias relativas a la evaluación de centros y los procesos de mejora y les agradecemos su colaboración.