Presentación número 7º

Las profesiones avanzan en el albor de este siglo XXI con igual rapidez con que lo está haciendo la sociedad del conocimiento y las tecnologías que la sustentan. Si Europa quiere convertirse en la economía más desarrollada del mundo, necesita revolucionar la Formación Profesional mediante la superación de los lastres del pasado (como la segregación de género), la incorporación de colectivos emergentes (como los inmigrantes y los mayores) a los procesos más avanzados de la sociedad del conocimiento; el desarrollo de un modelo formativo, basado en la formación por competencias, que contemple todo el universo de nuevas cualificaciones profesionales que se están configurando y la creación de centros integrados donde se asegure la formación inicial y permanente y se acrediten las competencias profesionales alcanzadas.

En este nuevo número dedicado a la Formación Profesional hemos logrado que profesionales destacados del mundo educativo nos ofrezcan sus diferentes aportaciones y visiones.

Francisca Arbizu, directora del Instituto Nacional de Cualificaciones Profesionales, explica el carácter de bisagra, entre el empleo y la formación, que tiene dicho Sistema. El objetivo europeo para 2010 de que Europa se convierta en la economía más competitiva y dinámica del mundo requiere, en Formación Profesional, la integración de la oferta formativa en un sistema conjunto que va a definir aproximadamente 700 Cualificaciones profesionales. Paralelamente se avanza en la evaluación, reconocimiento y acreditación de las competencias profesionales, adquiridas a través de la experiencia laboral de procesos de formación no formales. Este catálogo va a permitir mejorar la orientación profesional y la información para la formación.

Francisco de Asís analiza la Formación Profesional basada en la competencia, enumerando en primer lugar los supuestos que subyacen. Repasa las características principales del enfoque de esta formación y las críticas que suscita. Quizás la más generalizada es aquella que considera que este enfoque limita el control y la autonomía del profesorado en el desarrollo e implementación de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Carmen López-Fuensalida participa con un artículo sobre los Centros Integrados de Formación Profesional. Desde la necesidad de formar recursos humanos cada vez más competentes y cualificados concluye que los Centros integrados son la respuesta a esta necesidad. Sin embargo, en su opinión, todavía es necesario desarrollar un marco normativo que permita aclarar la organización de estos centros y permita una mayor flexibilidad económica y de integración de las administraciones laboral y educativa. La autora considera que la inspección educativa puede ser la mejor garantía de su desarrollo y funcionamiento.

Mª José Muniozguren Lazcano, Inspectora de Educación, analiza los objetivos estratégicos de la Unión Europea para 2010. Plantea la necesidad de una transformación radical de los sistemas educativos y de Formación Profesional. Señala también los puntos débiles de los recursos humanos como son la necesidad de seguir utilizando una población envejecida que va a continuar su vida laboral más allá de lo esperado y se adapta mal a los continuos cambios tecnológicos y las menores competencias necesarias en la sociedad del conocimiento que presentan algunos colectivos inmigrantes de baja cualificación. Muniozguren afirma que la UE necesita de la mejora de la calidad y pertinencia de las Reformas de los Sistemas Educativos y de Formación Profesional y una adecuada complementariedad entre políticas de empleo, prestaciones sociales, juventud e inclusión social.

Esther Rubio dedica su artículo a analizar la presencia de las mujeres en la mejora tecnológica y en la formación profesional. En un análisis que inicia en los antiguos gremios y talleres artesanales de la Edad Media, opina que es con la incorporación de las tecnologías mecánicas cuando comienza a desarrollarse un proceso de exclusión de las mujeres que llega hasta la época contemporánea. El siglo XXI necesita una nueva perspectiva. Señala el informe ETAN y el proyecto GIST como análisis y respuesta a la situación actual de segregación, a menudo sutil, de las mujeres en la Formación Profesional y la necesidad de romper con la misma.

Juan Salamé examina la situación de la Formación Profesional en Europa, señala la existencia de dos modelos, un modelo academicista, más propio de de los países latinos y un modelo técnico, propios de los países anglosajones. A continuación hace una breve descripción de la situación de la FP en España, Francia, Portugal y Alemania.

Además de las aportaciones que conforman la sección monográfica, otros artículos completan esta edición:

Mª Antonia Casanova en un nuevo artículo plantea que la evaluación dirige el funcionamiento de los Centros y los procesos de enseñanza y aprendizaje; orienta su quehacer habitual y marca lo que es valioso y lo que no lo es en la educación. Tras plantear que no todos los indicadores de evaluación son útiles porque no ofrecen una visión clara del funcionamiento de lo evaluado, propone la necesidad de establecer los indicadores críticos: factores clave para que se produzca ese comienzo en el cambio de rumbo necesario para procurar la mejora cualitativa.

El profesor Esteve reflexiona sobre los contenidos de la enseñanza básica al hilo de las nuevas tendencias de evaluación. De las reflexiones extraídas de una investigación deduce que se pueden derivar medidas concretas para reducir una parte del fracaso escolar : el imputable a la falta de reflexión acerca de la importancia de la selección de contenidos, de la elección de los procesos de aprendizaje que se quieren potenciar, y de la correspondencia de estos dos factores con el diseño de las pruebas de evaluación.

Francisco Galván habla de las competencias básicas y su reciente incorporación al currículo en la actual reforma educativa española. Define competencia básica como "conocimiento en acción". Como un saber que se aplica, susceptible de adecuarse a diversos contextos, de carácter integrador, que abarca conocimientos, procedimientos y actitudes. Para que sea básica, afirma que debe contribuir a obtener resultados de alto valor social, que puedan aplicarse a un amplio abanico de contextos y ámbitos relevantes y permitan superar con éxito exigencias complejas.

Hablar de FP es hablar de evaluación y es hablar de capacitación. Las competencias básicas comenzaron su andadura en nuestro Sistema educativo en la Formación Profesional. Al fin y al cabo la misión de nuestro trabajo como agentes educativos es lograr que nuestros alumnos y alumnas adquieran las más pertinentes competencias en el itinerario formativo que hayan escogido y que les permita acceder al mundo de trabajo (o continuar en él) aportando al mismo lo mejor de su adquirida competencia como especialistas. Unas competencias especializadas que se apoyan a las competencias alcanzadas en la formación básica y que se complementan con una formación ininterrumpida a lo largo de toda la vida.

El proximo número centrará su monográfico en las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación. La supervisión tiene un reto muy importante con ellas. Reto porque los nuevos medios técnicos están transformando las relaciones sociales y los centros escolares y reto porque nuevos actores (evaluadores, acreditadores, medios de comunicación emergentes, organizaciones sociales y ayuntamientos) demandan una mayor intervención en el control de los resultados, de los profesionales y de los procesos escolares.

La Dirección de la revista