Presentación número 4º

La experiencia nos dice que detrás de todo buen centro docente hay una buena dirección escolar. Las investigaciones confirman que la mejora escolar va ligada a una dirección que ejerce liderazgo, asegura los procesos docentes y sirve de interlocutor con los diferentes agentes sociales e institucionales.

Los inspectores que hemos ejercido la dirección -la mayoría lo hemos hecho- comprendemos bien la complejidad del cargo en sus múltiples facetas y funciones.. Paralelamente, el ejercicio de la función inspectora integra el conocimiento simultáneo de múltiples realidades que conforman otros tantos estilos de ejercer la dirección. Es ésta una posición privilegiada para analizar los diferentes estilos directivos.

Cuando la Inspección de educación realiza la evaluación de la dirección escolar tiene en cuenta diversos indicadores; de entre todos ellos siempre destacan la formación (que permite a los directivos actuar con seguridad ante situaciones imprevistas o conflictivas), la capacidad para dinamizar grupos (que se suele hacer en condiciones poco favorables, entre otras razones porque no puede influir en la selección del personal a su cargo); capacidad y la ilusión, ganas de trabajar, de innovar, de tener una visión y transmitirla, de modo que permita encauzar los esfuerzos de todo el personal en la misma dirección.

Todos estos aspectos, variados y complejos, son abordados por los diferentes artículos que componen este número. El primero de ellos de Manuel Álvarez, experto en dirección escolar, trata de la posibilidad de definir un perfil profesional para la dirección de la escuela pública. Establece principios en el modo de acceso, los ámbitos que debe tener la formación específica y define las capacidades propias del perfil de dirección.

Serafín Antúnez, profesor de la Universidad de Barcelona, comenta las luces y sombras de la LOE en relación con la dirección y sobre el mismo tema -la nueva Ley de Calidad- José Luis Estefanía, Consejero Técnico de Ordenación Académica del Ministerio de Educación y Ciencia analiza los perfiles y el modo de acceso a la dirección en las sucesivas normas, desde la LODE a la LOE.

El artículo de Luis Batanaz Palomares, Profesor Titular de la Universidad de Córdoba, versa sobre la necesidad de profesionalizar la función directiva libre de condicionamientos o dependencias políticas directas.José María Vera Mur, inspector de educación de Lleida, analiza las competencias de la dirección de un centro público, requisitos de acceso, procedimiento de selección de los candidatos, nombramiento, apoyo y reconocimiento, estableciendo un paralelismo en cada uno de estos apartados entre las dos últimas Leyes Orgánicas, LOCE y LOE.

Araceli García Flores, profesora del IES Felipe Solis, de Cabra (Córdoba), analiza el estilo directivo y el liderazgo que debe ejercer la dirección en un Instituto que tenga implantado un modelo de gestión de calidad.

Carmen Duque Revuelta, concejala de educación del Ayuntamiento de Getafe, pone el acento en el director como agente mediador entre el centro educativo y el entorno.

Inmaculada Egido Gálvez, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, describe los rasgos más destacables de la figura directiva en educación de acuerdo con los modelos teóricos clásicos de la Organización y los modelos políticos más representativos en los países de Europa.

Purificación Fuente Aguilar, inspectora de educación de la Comunidad de Madrid, justifica la necesidad de una dirección eficaz capaz de implicar al profesorado en un proyecto de futuro y de ejercer el liderazgo institucional.

Por último Esteban Martínez Lobato, inspector central del MEC y presidente de ADIDE Federación, afirma que tanto la investigación educativa como la experiencia nos han confirmado la importancia de una dirección escolar adecuada para tener unas escuelas de calidad.
 
El enfoque de la dirección como equipo que coordina el trabajo de todo el personal del centro, incluso que consigue mejorar la calidad del rendimiento de las personas del equipo humano, es un enfoque de futuro, que debería impregnar a profesores, alumnos, centros escolares, investigadores, poderes públicos y sociedad entera. Y recibir, en consecuencia, el apoyo necesario que facilite su tarea.
 
El consejo de redacción.