La Inspección Educativa al servicio de los ciudadanos

Resumen

Juan López Martínez
Subdirector General de Ordenación Académica del MEC. Madrid.
Presidente fundador de ADIDE

El autor define las características que ha de tener la función inspectora, como factor decisivo para la conquista de una escuela renovada, propia de una sociedad democrática, participativa y en continua transformación.

Fundamenta el prestigio de la Inspección de Educación en su talante democrático y en la sólida formación profesional de los inspectores.

Abstract

The author defines the features that the Inspection of Education must have as a decisive factor to reach a renewed school, in accordance with a society which is also democratic, active, and under a state of permanent evolution.

He bases the prestige of the Education Inspectorate on its democratic nature and on the solid professional train of inspectors

En una sociedad democrática, las normas y disposiciones educativas no son el producto de la arbitrariedad o del capricho individual, sino fruto de decisiones legítimas. El control del cumplimiento de tales normas reviste por ello el carácter de garantía democrática, para el conjunto del cuerpo social que tiene derecho a exigir de las instituciones la salvaguardia de la legalidad. Dicho control es responsabilidad de la Administración, pero debe ser compatible con el control social, situado en los consejos escolares y, proyectado, tanto sobre los aspectos más administrativos de la organización escolar, como en las facetas más pedagógicas de la misma ordenación académica, aspectos curriculares, métodos de enseñanza, organización del centro, entre otros.

La Inspección Educativa debe poner el máximo acento en someter el ejercicio de su autoridad a los principios democráticos generales. El talante democrático y una sólida preparación profesional, hará que alcance de este modo los máximos niveles de reconocimiento y de respeto social.

La meta de la función inspectora en España debe ser la conquista de una escuela renovada, propia de una sociedad y un Estado, democráticos y participativos.

Porque la función inspectora se ejerce por delegación del conjunto de la sociedad y, porque corresponde a los poderes públicos establecer el modelo de inspección que esté de acuerdo con las características de dicha sociedad. Ello conlleva que:

    1. La Inspección debe ser dinámica y, a la vez, elemento dinamizador del sistema educativo.

    2. La Inspección debe defender el derecho a la educación de todos los ciudadanos, según los criterios de libertad, igualdad y compensación.

    3. La Inspección debe ser garante del carácter público de la educación, gestionada por la comunidad escolar y controlada socialmente.

    4. La Inspección debe potenciar la participación de todos los sectores de la Comunidad Escolar, garantizando que, profesores, padres y, en su caso, los alumnos tengan las adecuadas facilidades para ejercer sus funciones.

    5. La Inspección debe tener un carácter imparcial que le permita moderar y arbitrar los conflictos entre sectores, fundamentalmente padres y profesores, informando a los primeros de las limitaciones de sus derechos sobre sus hijos, y evitando que los segundos se escuden en planteamientos corporativistas disimulados con argumentos científicos y profesionales.

    6. La Inspección ha de ser un factor que incida en el aumento de la calidad de enseñanza, mediante la realización de un seguimiento, asesoramiento y evaluación de las funciones docentes, auxiliares y directivas de los centros.

    7. La Inspección debe ser, en definitiva, abierta, activa y participativa, así como integradora de todos los sectores de la comunidad educativa.

La función de apoyo y asesoramiento a los centros escolares y a sus componentes constituye, junto con la evaluación una de las más significativas actuaciones de la Inspección Educativa y ocupa la mayor parte de la actividad diaria de los inspectores en todos los países. La condición de asesor, guía, apoyo, ayuda, coincide con el propio concepto de inspección y debe caracterizar la actuación de los inspectores, con el fin de contribuir a la mejora de la educación como servicio público.

Porque una inspección motivada, altamente cualificada, comprometida en los centros docentes, mediadora en los conflictos, que asesora a la comunidad educativa, conocedora de la realidad social y escolar, es un instrumento esencial para la continua mejora de la enseñanza, así como una garantía del derecho a la educación para todos los alumnos en iguales condiciones de calidad, desde una convivencia armónica basada en los principios de libertad, tolerancia y pluralismo.

Madrid, 3 de octubre de 2005.