Reseña de José Manuel Esteve. Educar: un compromiso con la memoria

Resumen

Título:  EDUCAR. UN COMPROMISO CON LA MEMORIA

Autor: JOSÉ MANUEL ESTEVE

Editorial: OCTAEDRO

ISBN: 9788499211183

Año 2010.

Nos hallamos ante el último libro de José Manuel Esteve, pensado por él cuando ya sabía que le quedaban pocos meses de vida y publicado un mes después de su fallecimiento. Si la intención del autor, como señala en su prólogo, fue dejar un último libro que ayudara a padres y estudiantes en lo que el autor entendía son los seis temas básicos de la  educación, el resultado ha ido más allá al convertirse en la última, y por ello la más lúcida, reflexión de toda su trayectoria personal.

En el primer capítulo, hay una  reflexión sobre la poca precisión con que es usado el término educación y la gran diversidad de definiciones que se han hecho, con poco resultado, por cierto. Frente a esta situación, Esteve considera que es mejor utilizar la estrategia de establecer primero los criterios que señalan las fronteras de la educación. Para ello realiza una revisión de los que considera los cuatro criterios básicos: el criterio de contenido, el criterio de forma, el criterio de uso y el criterio de equilibrio. Con amenos ejemplos extraídos de su amplia experiencia concluye que son necesarios los cuatro criterios para poder hablar de educación. A continuación pasa a señalar las diferencias que existen entre el concepto de educación y los conceptos de aprendizaje y de enseñanza y explica también las importantes diferencias de la educación con procesos como el acondicionamiento y el adoctrinamiento, el adiestramiento y el entrenamiento. Con precisión teje una red nomológica que establece una "base sólida desde la cual discutir sobre el concepto de educación."

En el segundo capítulo analiza la importancia del entorno, de la familia y los grupos primarios, de la sociedad y de la época histórica como "elementos básicos que condicionan los valores y las concepciones del mundo y de nosotros mismos con los que vamos a orientar nuestra vida"

En el capítulo tercero señala cuáles son los valores de nuestra sociedad contemporánea y analiza  los "cuatro grandes planteamientos educativos"  o concepciones globales sobre la educación que conviven actualmente: el planteamiento familiar o institucional autoritario, el planteamiento  de la institución como elemento neutral o reduccionista, que abandona la formación en valores, el planeamiento no intervencionista de libre desarrollo y el planteamiento o modelo de la educación como iniciación, en el que se reconoce "la importancia decisiva del maestro" Sin embargo,  este maestro no es necesario que tenga una gran formación pedagógica sino que debe ser capaz de hacer "un compromiso con la memoria", debe poner en contacto a los alumnos  con "los valores, los conocimientos y las actitudes que, en el registro de nuestra memoria aprendimos que dan calidad a la vida humana" renunciando, previamente, a cualquier idea de imposición pero aceptando la responsabilidad de la influencia que se va a ejercer sobre los alumnos.

Una vez aclaradas las bases de lo que debe ser la educación como iniciación, el cuarto capítulo analiza la relación educativa. En el contexto de las relaciones humanas, el autor señala que esta relación "ha de tener una finalidad que, de alguna manera, convierte al niño en objeto de nuestra acción; pero, al mismo tiempo, tiene que contar con el respeto a su libertad y a su dignidad, a la condición de sujeto que le corresponde como persona" Este difícil equilibrio se articula  en la relación educativa por medio de tres elementos que el autor considera esenciales: "Liberar a nuestros alumno y a nuestros hijos de los hilos de condicionamientos previos, desarrollar su capacidad de razonamiento crítico y formar su voluntad para realizar sus proyectos propios." A continuación se realiza una reflexión sobre la necesidad de que el maestro convierta el camino del saber en una llamada al ser, a la búsqueda del sentido. Para Esteve "el verdadero maestro ha de ser capaz de enfrentar al discípulo consigo mismo, de hacerle encontrarse a sí mismo como sujeto activo frente al mundo que le rodea." Finalmente, una vez que el alumno haya logrado imponer su propia personalidad el maestro debe "saber desaparecer: ese es su último objetivo"

El quinto capítulo lo dedica Esteve al análisis de la autoridad en educación. En él repasa la estructura lógica de la relación de autoridad y la compleja red  nomológica del concepto de autoridad.

El sexto y último capítulo el autor analiza la libertad en educación. Advierte, en primer lugar, que la palabra libertad es hechicera porque "lo sugiere todo; aunque a veces no significa nada." Repasa los distintos significados de la palabra libertad y termina el libro con una revisión  global del concepto de libertad a lo largo de los diferentes capítulos para terminar con un alegato a favor de educar en libertad.

El libro propone una interesante bibliografía complementaria en cada capítulo. La lectura es amena e induce continuamente a la reflexión. El autor mismo recomienda su lectura a padres, estudiantes y profesionales. Conforme  se lee el libro, se comprende el esfuerzo de síntesis que  ha realizado el autor para, de un modo claro y sencillo ofrecer la última y más elaborada reflexión. Máxime cuando, tras haber dado todo a la Educación, sabe que son sus últimos días y que ese va a ser su último mensaje.

Fernando Faci Lucía