La educación en tiempos de virus

María Antonia Casanova

 

DOI

https://doi.org/10.23824/ase.v0i37.759

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Descripción generada automáticamente con confianza bajaColección: Aula abierta

Editorial: La Muralla

Fecha de edición: marzo de 2022, primera edición

Páginas: 177

Formato papel: Tapa blanda, 297 x 210 mm

ISBN papel: 978-84-7133-867-9

Dep Legal: M-8.215-2022

 

 

Autor de la reseña: Alejandro Lozano García

Cómo citar: Casanova, María Antonia. La educación en tiempos de virus, Madrid, La Muralla, 2022.

 

Sobre la autora

María Antonia Casanova, actualmente profesora de la Universidad Camilo José Cela y Directora del Instituto Superior de Promoción Educativa de Madrid, acumula una amplia experiencia tanto en el ámbito docente, como en la Inspección de Educación, en la administración educativa y en la formación inicial permanente del profesorado.  Además del libro que presentamos, tiene múltiples publicaciones centradas, entre otros, en los ámbitos de la atención a la diversidad y la inclusión educativa, el diseño curricular y la evaluación de los aprendizajes.

 

El libro

Después del periodo anómalo que hemos sufrido desde marzo de 2020, si uno se asoma a la ventana de internet vinculando “educación” y “pandemia” aparece un buen número de publicaciones, en formato libro o en formato artículo, que tratan de arrojar una mirada sobre la convulsión vivida en la actividad discente y docente. No importa en que niveles nos fijemos, desde la educación infantil hasta la universitaria, los trabajos se multiplican bien para sugerir recursos para afrontar la difícil situación escolar, bien para valorar sus consecuencias negativas (lo que los alumnos han dejado de aprender o el sobreesfuerzo de docentes, familias y alumnos), o bien para extraer consecuencias positivas que nos sirvan de reflexión para situar en su verdadera dimensión el hecho educativo.

El libro de María Antonia Casanova responde a esta última intención. A través de una serie de artículos publicados desde enero de 2020 hasta diciembre de 2021, la autora parte de la base de que, incluso fuera de los tiempos de pandemia, nuestra sociedad actual está presidida por la incertidumbre de un cambio constante. Y a una sociedad cambiante, argumenta, no se puede responder desde una escuela sin movimiento, sin cambio, sin evolución, más dirigida a fijar modelos sociales que facilitar una constante adaptación a los que constantemente fluyen.

Lo que nos ha mostrado la COVID-19 es que ese tipo de escuela, la preocupada por el academicismo, por los diseños curriculares casi únicos y, en consecuencia, excluyentes para parte del alumnado, obsesionada por la certificación más que por la evaluación formativa, no se ajusta a esta incertidumbre en lo social. Sin embargo, a juicio de la autora, también ha quedado patente que otra escuela es posible, una en la todo el alumnado tenga una respuesta inclusiva, en la que se definan cuáles son los saberes realmente imprescindibles para conformar un diseño curricular flexible, más equilibrado entre contenidos y áreas o materias de primera o de segunda categoría, donde se pongan en marcha metodologías que faciliten la aplicación del diseño universal del aprendizaje, donde la evaluación no se limite a la acreditación sino a la regulación de los aprendizajes y de la docencia, donde aparezcan con fuerza los que se vienen a llamar “temas transversales” que forman parte de ese saber competencial necesario para adaptarse a la propia evolución de las exigencias de la sociedad.

El libro está organizado en 29 artículos publicados en distintos tipos de revistas, ordenados por un criterio estrictamente cronológico (dos de ellos escritos en fechas previas al confinamiento de marzo de 2020). En estos artículos, con mayor o menor profundidad, se reiteran una serie de temas relativos a inclusión educativa, a un diseño curricular más flexible y universal, al uso de nuevas metodologías apoyadas en las tecnologías (ya nada nuevas) y en redes de comunicación, a una evaluación continua, formativa y no sancionadora, a la necesidad de liderazgos en educación y de actualización docente basada en su propia práctica y desde su propia práctica.

Aunque los temas aparecen recurrentemente a lo largo del libro y en algunos momentos se tiene la sensación de dèja vu según se los va encontrando el lector una y otra vez, es innegable que todos los textos del libro tienen un denominador común: un incuestionable sentido común educativo con el que necesariamente estamos de acuerdo. Las propuestas que hace María Antonia Casanova son tan plausibles como lo demuestra el hecho de su puesta en práctica, más o menos generalizada, durante la pandemia. El reto estará ahora en ver como estas prácticas educativas más flexibles e innovadoras pueden llegar a consolidarse como tendencia, teniendo en cuenta el margen de acción que dejen las normativas educativas que desarrollan los principios de la vigente Ley Orgánica de Educación, y teniendo en cuenta una cierta inercia de cambio, al menos en lo metodológico, que ya venía apareciendo en la forma de trabajo de muchos centros.

Creer que otra educación es posible y defenderlo desde sus enseñanzas y sus escritos es un rasgo de optimismo que pone de relieve el valor de la autora y del libro que se reseña. Este espíritu, sobre todo después de un periodo virulento (nunca mejor dicho) como el vivido, debiera contagiarnos a todos, si bien no es suficiente. Efectivamente, y parafraseando a Edgar Morin, no podemos reformar la institución escolar sin tener de antemano reformados los espíritus de los que la conforman, pero no podemos reformarlos si no tenemos de antemano reformada la institución de la escuela[1]. En el contexto educativo en el que nos hallamos actualmente en España, esta afirmación apela a un desarrollo normativo de los nuevos currículos que contemplen, aún más de lo que lo hacen, los principios pedagógicos que María Antonia Casanova sostiene en los textos recogidos en el libro.



[1] Morin, E. (2011). La Voie. Pour l’avenir de l’humanité. Fayard, p. 151.