Limitaciones de la orientación educativa hacia el bachillerato y la universidad. ¿Y si la solución fuese la formación profesional?

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Limitations of the educational orientation towards the baccalaureate and the university. What if the solution were vocational training?

 

Joan Tahull Fort

Profesor de secundaria del Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña y profesor asociado de la Universidad de Lleida

Iolanda Montero Plaza

Inspectora del Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña y colaboradora de la Universitat Oberta de Cataluña

Carles Vernet Saureu

Profesor de secundaria del Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña y Coordinador de los Servicios Educativos y Formación en los Servicios Territoriales de Lleida

 

 

DOI

https://doi.org/10.23824/ase.v0i35.690

 

Resumen

La educación española tiene altas tasas de fracaso y abandono escolar; teniendo consecuencias negativas para la integración y adaptación futura de los jóvenes a las sociedades avanzadas. Demasiadas familias y alumnos tienen una deficiente orientación educativa y solamente contemplan, finalizados los estudios de secundaria, el bachillerato y después la universidad; sin plantearse los itinerarios de la formación profesional de grado medio y superior.

En la investigación se presentan datos cuantitativos oficiales y entrevistas a personas conocedoras de la temática. El abandono educativo prematuro limita el desarrollo vital y profesional de los individuos; por este motivo, se debería mejorar y personalizar la orientación educativa de los alumnos durante la etapa de secundaria obligatoria.

 

Palabras clave: fracaso escolar, abandono educativo prematuro, orientación educativa, formación profesional.

 

Abstract

Spanish education has high rates of failure and dropout; having negative consequences for the integration and future adaptation of young people to advanced societies. Too many families and students have a poor educational orientation and only consider, after completing secondary school, the baccalaureate and then university; without considering the itineraries of middle and higher vocational training.

The research presents official quantitative data and interviews with people familiar with the topic. Early school leaving limits the life and professional development of individuals; therefore, the educational orientation of students should be improved and personalized.

 

Key words: school failure, early school leaving, educational guidance, vocational training.

 

 


 

Introducción

En los últimos años en los países avanzados se han producido transformaciones sociales, culturales y económicas profundas cambiando estructuras, dinámicas e identidades. La educación se debe adaptar al cambio de paradigma y debe ofrecer nuevas habilidades, capacidades y herramientas a los alumnos. El fracaso y el abandono escolar prematuro son síntomas de algunas de las limitaciones del modelo educativo actual, al no capacitar a los alumnos para una sociedad compleja y cambiante. Abordar la complejidad de la temática está fuera del alcance de la investigación. El presente artículo analiza desde una perspectiva pedagógica y antropológica principalmente el abandono educativo prematuro de los jóvenes españoles y algunas de sus consecuencias educativas.

La investigación pretende describir y reflexionar sobre la evolución del abandono educativo prematuro en España, más específicamente en la comunidad autónoma de Cataluña. Analizar si este abandono es relevante o marginal y posibles consecuencias. Conocer las tasas de repetición en bachillerato y el abandono en los primeros cursos de la universidad. Analizar la orientación educativa que reciben los alumnos en los últimos cursos de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) hacia bachillerato y ciclos formativos, y de bachillerato hacia la universidad y ciclos formativos de grado superior. También describir algunas de las características relevantes de la formación profesional actual y su posible encaje en la orientación a la secundaria obligatoria. Los datos se complementan con reflexiones de vivencias de personas conocedoras de esta realidad social, con 15 entrevistas a docentes, padres y jóvenes.

Señalar la escasez de estudios sobre la relación entre la orientación educativa, el abandono educativo y la formación profesional de grado medio y superior. Esta investigación pretende llenar humildemente un vacío y abrir futuras vías de análisis en las ciencias sociales y la educación en general. Se parte de la hipótesis que hay una deficiente orientación educativa en los centros de secundaria que provoca el abandono educativo -en los estudios postobligatorios-; además el desprestigio y desconocimiento de la formación profesional tiene relación con el abandono educativo en bachillerato y la universidad.

 

Fundamentos teóricos

Vivimos en sociedades avanzadas complejas, líquidas, desordenas, imprevisibles que se caracterizan por la incertidumbre en la vida de los sujetos (Bauman, 2003; Beck, 1998; Giddens, 2000; Lipovetsky, 2008). La información y el conocimiento son dos aspectos fundamentales de la sociedad actual. Los individuos deben manejar complejos y múltiples datos y fuentes de información para tomar todo tipo de decisiones privadas y profesionales. Los trabajadores necesitan conocimientos para tener capacidades para buscar e intercambiar información constantemente (Castells, 2009). La sociedad actual se define por ser globalizada, muy competitiva, altamente cambiante y con una complejidad creciente; se requieren trabajadores capaces de innovar y adaptarse a los cambios, flexibles para integrarse y sacar el máximo provecho en un entorno dinámico y líquido (Fernández Enguita et al., 2010).

La educación necesita adaptarse, cambiar, principalmente con nuevas metodologías, contenidos, competencias, habilidades, capacidades… más acordes con los tiempos actuales (Molina, 2010; Tahull et al., 2018). La escuela tiene la responsabilidad de formar y capacitar a los futuros profesionales, dotarles de estrategias, posibilidades, conocimientos, habilidades… necesarias para adaptarse a la sociedad (Robinson, 2015). Se debería fomentar a los alumnos sus capacidades creativas, innovadoras y de creación de nuevos recursos para propiciar cambios organizativos y tecnológicos y construir nuevos conocimientos (Castells, 2009).

Uno de los problemas relevantes de la educación española y catalana es el fracaso escolar[1] y el abandono escolar prematuro[2]. Estos alumnos no reciben las credenciales, conocimientos, habilidades y competencias mínimas de la institución educativa necesarias para vivir y trabajar en una sociedad avanzada y compleja. Estos alumnos a priori no tienen las capacidades necesarias para integrarse a la sociedad. Según Fernández Enguita et al. (2010) el abandono escolar prematuro consiste en no obtener un título escolar postobligatorio, al no lograr los objetivos escolares establecidos por la sociedad y que pueden estimarse como mínimos razonables en función del mercado de trabajo (p.23).

La educación postobligatoria en España consta de estudios académicos -el Bachillerato- y profesionalizadores -después de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) un ciclo de grado medio y después del bachillerato un ciclo de grado superior-. Terminado el bachillerato o un ciclo formativo de grado superior se puede acceder a la universidad. En España un porcentaje alto de alumnos abandonan el bachillerato y también en los primeros cursos universitarios. Según Longas et al. (2016) las transiciones educativas siempre son tiempos de incertidumbre y suponen escalones insuperables para algunos. Según Sánchez (2001) muchos acceden a cursos superiores -bachillerato y universidad- con un alto grado de "desorientación". Álvarez et al. (2015), en la misma línea, muchos realizan la transición a niveles educativos más elevados con escasa información, pocas competencias y un proyecto formativo y profesional indefinido. Estos estudios (Rodríguez et al. 2004; Torrado et al. 2010 y Martín et al. 2010) destacan que algunos alumnos no tienen las capacidades mínimas necesarias para asimilar y superar los niveles superiores -de la ESO a bachillerato y de bachillerato a la universidad-, lo cual significa suspender, fracasar y abandonar. En muchas ocasiones los alumnos no tienen un proyecto reflexionado y definido. Según Gil Calvo (2014) muchos viven una adolescencia perpetua prorrogada hasta la madurez. Para Elzo (2000) construyen su vida como si fuese un puzle. Tienen muchas piezas sin un modelo definido. Su vida es un constante tanteo, poniendo y quitando piezas.

La orientación educativa es el elemento fundamental para prevenir situaciones de fracaso y abandono educativo y facilitar la integración del alumno a niveles educativos superiores. El abandono es un fenómeno multicausal y complejo, en el cual intervienen diferentes aspectos como: orientación, profesorado, familia, apoyo, elección, rendimiento, motivación del alumno… El abandono tiene relación con la calidad de la orientación a los niveles educativos superiores - bachillerato y universidad- (Álvarez et al. 2015; Feixa et al. 2018; Horcas et al. 2015; Horcas et al. 2017; Mena et al. 2010; Sánchez, 2001). En el estudio del abandono universitario de Feixa et al. (2018), los entrevistados expresan como principal causa de abandono la desmotivación y expectativas no cumplidas en relación con el grado. Concluyen su investigación afirmando que muchos alumnos tienen un conocimiento escaso de los estudios que realizan, dicen, "no me gusta" como argumento para abandonarlo. Esta afirmación cuestiona la orientación recibida, desconocían aspectos básicos de la titulación. Robinson (2012) hace referencia al elemento. Todos los individuos tienen potencialidades y limitaciones. La educación debería poner a prueba a todos los alumnos para descubrir su vocación; a partir de su descubrimiento definir su itinerario académico y profesional personalizado.

Según Valiente et al. (2014) la formación profesional, en España y en la comunidad autónoma de Cataluña, tiene un porcentaje bajo de alumnos matriculados. Los ciclos formativos han tenido, todavía tienen, cierto desprestigio; las familias y alumnos naturalizan un determinado itinerario académico: ESO, bachillerato y universidad. Todavía se considera en todos los casos la universidad mejor que la formación profesional y no siempre es así. El autor maneja datos sobre empleabilidad en las diferentes titulaciones -ciclos formativos y grados universitarios- y son concluyentes: algunos ciclos formativos tienen una inserción laboral rápida y completa -el bachillerato o determinados grados universitarios significativamente menos-. Continuando con Valiente et al. (2014), la formación profesional debería tener más alumnos para reducir el abandono educativo prematuro -de alumnos de bachillerato a ciclos formativos de grado medio y estudiantes universitarios a ciclos formativos de grado superior-. La formación profesional puede ser útil para reenganchar de nuevo a los jóvenes que han abandonado los estudios; también los orientadores educativos deberían ampliar y personalizar la oferta educativa de sus alumnos -aquellos poseedores de competencias y habilidades más prácticas, utilitarias y manipulativas- a itinerarios más profesionalizados.

En una sociedad compleja y del conocimiento, la formación facilita el acceso al mercado laboral y amplía posibilidades. Un mayor nivel de estudios se asocia a más protección ante situaciones de paro y precariedad laboral (Fernández Enguita et al. 2010). El desenganche escolar tiene consecuencias negativas manifestadas meses o años después, con un coste de tiempo y esfuerzo, un valor económico para la familia y la sociedad; también provoca efectos psicológicos negativos: ansiedad, frustración, desesperación… (Sánchez, 2001). La formación profesional puede ser útil para muchos jóvenes para introducirles en un mercado laboral complejo y cambiante.

 

Metodología

Para la realización del artículo se ha utilizado información cuantitativa oficial del Ministerio de Educación y Formación Profesional y también del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España. Se han presentado datos del abandono temprano en la población de 18 a 24 años por países de la Unión Europea; la evolución del abandono educativo temprano en España; el abandono temprano por cada comunidad autónoma; porcentaje de alumnado que repite curso en bachillerato; tasas parciales de abandono y cambio de estudio en primer año en grado; y tasa de abandono y cambio del estudio en primer año en grado por rama de enseñanza.

Se ha complementado con información cualitativa, para completar y describir situaciones concretas significativas. Se han realizado 15 entrevistas: 5 profesores de secundaria/universidad, 5 padres/madres y 5 jóvenes. Se buscaron informantes que pudieran ofrecer una mirada concreta, específica y significativa. Todos los informantes son catalanes, siendo todos ellos de Lleida ciudad y pueblos cercanos y Barcelona ciudad y localidades próximas. Se han buscado informantes siguiendo diferentes criterios: rural/urbano, hombre/mujer, diferentes edades, clases sociales… Todos son anónimos, no son personas conocidas públicamente pero son conocedoras de la temática y han presentado información significativa y relevante. No suponen una muestra representativa de la población española ni catalana.

Se ha contactado con los informantes por amistades o conocidos mediante correo electrónico o teléfono. Una vez confirmada la posibilidad de realizar la entrevista nos hemos desplazado a su localidad y se ha realizado en su casa o en un lugar público. En todos los casos el lugar ha sido propuesto por los informantes. Las entrevistas han sido abiertas[3] y se han grabado, con su consentimiento. Se han transcrito solamente las partes más significativas; aquellas susceptibles de ser utilizadas en la investigación. Se han presentado situaciones sociales muy diferentes, desde una mirada metropolitana y otras rural. Los entrevistados son de clases sociales diferentes, algunas más bajas, con dificultades económicas, alguna de clase media y media alta. Los jóvenes están todavía matriculados en un centro de secundaria o la universidad y otros trabajan. Estos también han realizado interesantes aportaciones sobre sus itinerarios personales y/o conocidos, realizando reflexiones sobre la educación y la orientación educativa en general; también opinan sobre sus padres, profesores y grupos de iguales. Se les ha informado que la información obtenida sería tratada solamente para la investigación, se mantendría su anonimato.

En todas las investigaciones sociales se presenta la limitación de la subjetividad, para acercarse a analizar y describir la realidad social de forma objetiva. Se han priorizado aquellas reflexiones y vivencias particulares más representativas, repetidas y reiteradas por los informantes; también para elaborar y dar coherencia al relato. Se ha intentado contrastar, comparar y valorar todos los datos para presentar aquellas ideas y opiniones más significativas de los informantes (Ander Egg, 2000; Stake, 1998;). En todo caso, los datos expuestos son especialmente relevantes y ayudan a construir y dar coherencia al relato.

La información obtenida ha sido suficiente aunque siempre limitada. Con una muestra más extensa se hubiese afinado más las conclusiones. En todo caso, se ha presentado información relevante y valiosa. La triangulación ha sido un elemento fundamental para construir el relato aunque mucha información no aparece en los resultados -también muy importante para contrastar los datos-, para tener una visión global y específica del objeto de estudio.

 

Resultados

En este apartado se presentan datos cuantitativos y cualitativos sobre la orientación educativa de los alumnos en los últimos cursos de la secundaria obligatoria y el acceso a la universidad. En la primera parte se presentan datos oficiales del Ministerio de Educación y Formación Profesional y también del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España sobre el abandono temprano por países de la Unión Europea; la evolución del abandono educativo temprano en España; el abandono temprano por cada comunidad autónoma; porcentaje de alumnado que repite curso en bachillerato; tasas parciales de abandono y cambio de estudio en primer año en grado; y tasa de abandono y cambio del estudio en primer año en grado por rama de enseñanza. En la segunda parte se presentan reflexiones y vivencias de individuos conocedores de la temática para contextualizar y situar los datos. Primero se han presentado las aportaciones de los docentes, después las reflexiones de los padres/madres y finalizan las explicaciones de los jóvenes.

El siguiente gráfico trata sobre el abandono temprano en la población de 18 a 24 años (%) por países de la Unión Europea del año 2018:

 


Gráfico 1: Abandono temprano en la población de 18 a 24 años (%). Países de la Unión Europea. Año 2018.

Fuente: Ministerio de Educación y Formación Profesional. Curso escolar 2019-2020 (p.29).

Según Fernández Enguita et al. (2010) los individuos para tener empleabilidad en las sociedades avanzadas deberían poseer un título postobligatorio. En el gráfico se presentan datos sobre abandono temprano de jóvenes de 18 a 24 años en diferentes países. En España, situada en el último lugar, un 17.9% de los jóvenes no tienen un título postobligatorio. En el otro extremo, Croacia tiene un 3.3%, Eslovenia un 4.2% y Lituana un 4.6%. Países próximos a España, Francia tiene 8.9%, Alemania 10.3%, Italia 14.5%... La media europea es 10.5%. Se deberían mejorar los datos para capacitar a los jóvenes españoles de más y mejores oportunidades de desarrollo personal y profesional.

En el siguiente gráfico se muestra la evolución del abandono educativo temprano en la población de 18 a 24 años en España (%):

 

Imagen que contiene texto, mapa

Descripción generada automáticamente
Gráfico 2: Evolución del abandono educativo temprano en la población de 18 a 24 años(%).

Fuente: Ministerio de Educación y Formación Profesional. Curso escolar 2019-2020 (p.28).

Se presentan datos de la evolución del abandono educativo temprano desde 2008. En el primer año, la media era 31.7%, las mujeres 25.1% y los hombres 38.0%. Progresivamente con los años los datos van mejorando, lentamente, el 2010, ellas 22.6% y ellos 33.6%; en el año 2014, las mujeres 18.1% y los hombres 25.6%; del último año que tenemos datos, el 2018, ellas 14.0% y ellos 21.7%. En todos los años las mujeres tienen mejores resultados, aunque peores que la media de los países europeos (ver gráfico 1). Estos datos deberían mejorar para ofrecer mejores oportunidades a los jóvenes y acercarse progresivamente a la media europea.

En el siguiente gráfico se muestra información sobre el abandono temprano en la población de 18 a 24 años (%) por comunidad autónoma del año 2018:

Captura de pantalla de un celular con letras

Descripción generada automáticamente
Gráfico 3: Abandono temprano en la población de 18 a 24 años (%) por

comunidad autónoma. Año 2018.

Fuente: Ministerio de Educación y Formación Profesional. Curso escolar 2019-2020 (p.28).

Se muestra una comparativa del abandono temprano entre las diferentes comunidades autónomas. En España la media es 17.9% y en Cataluña 17.0%. En los extremos están el País Vasco, un 6.9%, y Melilla, un 29.5% de los jóvenes; también en la parte baja está Balears, un 24.4% y Melilla con un 29.5%. Tal como muestra la tabla hay una diferencia significativa entre las diferentes comunidades autónomas. Aquellas con peores resultados deberían mejorarlos y acercarse a aquellas con mejores porcentajes.

La siguiente tabla trata sobre el porcentaje de alumnos que repite curso en bachillerato, por titularidad de los centros:

Tabla 1: Porcentaje de alumnado que repite curso en bachillerato, por titularidad. Curso 2017-18.

 

PRIMER CURSO

SEGUNDO CURSO

TOTAL

Centros públicos

Centros privados

TOTAL

Centros públicos

Centros privados

TOTAL

7.6

9.1

3.5

11.0

13.2

5.3

Andalucía

8.9

10.1

3.9

12.5

14.1

5.8

Aragón

5.8

6.3

4.2

11.3

13.2

6.0

Asturias

6.9

7.5

4.9

10.5

11.0

8.8

Balears

8.4

9.8

4.8

12.1

12.2

11.8

Canarias

8.2

9.3

1.5

8.5

9.7

2.2

Cantabria

8.1

8.9

4.0

11.5

13.1

2.7

Castilla y León

11.5

13.9

3.4

16.4

19.6

6.6

Castilla-La Mancha

9.0

9.6

4.6

12.2

12.9

5.7

Cataluña

6.3

7.6

3.5

9.0

11.4

4.6

Com. Valenciana

7.6

9.1

3.5

8.9

11.0

4.3

Extremadura

9.4

10.0

5.4

13.8

14.6

9.4

Galicia

6.6

7.4

2.4

9.4

10.6

3.3

Madrid

7.1

9.7

3.4

11.8

16.9

5.0

Murcia

8.0

8.8

3.1

12.6

13.3

8.3

Navarra

6.3

7.1

5.1

8.4

10.5

5.1

País Vasco

3.7

4.7

2.8

7.0

8.7

5.5

Rioja

4.9

5.4

3.4

11.3

12.6

6.7

Ceuta

11.9

12.5

0.0

13.9

15.0

2.0

Melilla

7.8

8.1

0.0

13.7

14.2

0.0

Fuente: Ministerio de Educación y Formación Profesional. Estadísticas de las enseñanzas no universitarias. Curso 2017-2018.

En el total de todas las comunidades autónomas, el primer curso es 7.6%, en centros públicos es 9.1% y en privados 3.5%. En segundo curso de bachillerato el total es 11.0%, públicos 13.2% y privados 5.3%. La comunidad autónoma con el porcentaje más bajo de repetición en primero es el País Vasco, el total es 3.7%, en públicos 4.7% y privados 2.8%; en segundo el total es 7.0%, en públicos 8.7% y privados 5.5%. La comunidad con un índice más elevado es Ceuta, en primer curso el total es 11.9%, en centros públicos 12.5%; en segundo el total 13.9%. En Cataluña, en primer curso el total es 6.3%, en públicos 7.6% y privados 3.5%; en segundo el total es 9.0%, en públicos 11.4% y privados 4.6%. Un número significativo de estos jóvenes abandonan los estudios y otros se reenganchan en otras modalidades educativas como la formación profesional de grado medio.

En la tabla siguiente se presentan datos sobre abandono y cambio del estudio en primer año en grado por tipo de universidad del curso 2014-2015[4]:

Tabla 2: Tasas parciales de abandono y cambio del estudio en primer año en Grado por tipo de universidad. Cohorte de nuevo ingreso de 2014-2015.

 

Total

Univ. públicas

Univ. privadas

Abandono del estudio en 1º año

Cambio del estudio en 1º año

Abandono del estudio en 1º año

Cambio del estudio en 1º año

Abandono del estudio en 1º año

Cambio del estudio en 1º año

TOTAL

21.5%

8.2%

22.3%

8.5%

16.9%

6.2%

Univ. presenciales

16.7%

8.3%

17.2%

8.5%

13.0%

6.6%

Univ. no presenciales

43.0%

7.9%

48.2%

8.8%

26.2%

5.1%

Fuente: Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Datos y cifras del sistema universitario español. Publicación 2018-2019 (p.51).

Se presenta información sobre abandono y cambio de estudio en el primer año en grado por tipo de universidad. El total de abandono en el primer año es 21.5% y el cambio del estudio 8.2%. En las universidades públicas, el abandono es 22.3% y el cambio 8.5%. Más alumnos abandonan que cambian la titulación. En las universidades privadas, el abandono es 16.9% y el cambio 6.2%. En las no presenciales el total de abandono es 43.0% y el cambio 7.9%. Un número significativo de alumnos no tienen una entrada satisfactoria a la universidad y en el primer año abandonan o cambian de estudios. En estos casos la orientación recibida fue insuficiente, inadecuada y mejorable.

En la tabla siguiente se muestra las tasas de abandono y cambio del estudio en primer año en grado por rama de enseñanza y tipo de universidad. Cohorte de nuevo ingreso de 2014-2015[5]:

Tabla 3: Tasas parciales de abandono y cambio del estudio en primer año en Grado por rama de enseñanza y tipo de universidad. Cohorte de nuevo ingreso de 2014-2015.

 

Total

Univ. públicas

Univ. privadas

Abandono del estudio en 1º año

Cambio del estudio en 1º año

Abandono del estudio en 1º año

Cambio del estudio en 1º año

Abandono del estudio en 1º año

Cambio del estudio en 1º año

TOTAL

21.5%

8.2%

22.3%

8.5%

16.9%

6.2%

Ciencias Sociales y Jurídicas

20.1%

7.2%

20.9%

7.6%

16.6%

5.6%

Ingeniería y Arquitectura

25.3%

10.7%

25.7%

11.0%

20.9%

7.6%

Artes y Humanidades

27.7%

9.2%

27.8%

9.3%

25.3%

8.0%

Ciencias de la Salud

17.1%

6.6%

17.9%

6.6%

14.4%

6.5%

Ciencias

22.2%

10.9%

22.3%

10.9%

18.3%

12.8%

Fuente: Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Datos y cifras del sistema universitario español. Publicación 2018-2019 (p.51).

Se muestra información parcializada por ámbitos sobre abandono y cambio del estudio en el primer año de universidad. El total del índice de abandono en artes y humanidades es 27.7%, en ingeniería y arquitectura 25.3%, en ciencias 22.2%, en ciencias sociales y jurídicas 20.1% y ciencias de la salud 17.1%. El total de abandono en el primer año es 21.5%. En referencia al cambio del estudio, los grados de ciencias 10.9%, ingeniería y arquitectura 10.7%, artes y humanidades 9.2%, ciencias sociales y jurídicas 7.2% y ciencias de la salud 6.6%. El total de cambio del estudio en el primer año es 8.2%. En todas las áreas académicas es significativamente más elevado el abandono que el cambio de estudios. Hay que destacar en todo caso las dificultades de muchos alumnos en su entrada a la universidad y la importancia de la orientación en los cursos previos.

Realizadas las aportaciones cuantitativas, se ha puesto de relieve -en bachillerato y universidad- el elevado número de alumnos que repiten curso, abandonan la titulación o cambian de estudios; son pertinentes las reflexiones de los docentes, padres/madres y alumnos para situar y contextualizar los datos presentados.

Ramón, profesor y tutor de segundo de bachillerato en un instituto de Lleida; con 20 años de experiencia docente, explica:

              Sí, la orientación es un tema pendiente en el sistema educativo. Nosotros no tenemos mucho tiempo para orientar pues el calendario nos aprieta para la selectividad, sobre todo en segundo. Por lo tanto creo que también tiene que ser un proceso personal y familiar. La familia tiene que orientar, el centro les puede explicar las diferentes carreras y explicar pero es mucha responsabilidad y debería haber más implicación de la familia, de los padres principalmente. Creo que también muchos se alejan y no se involucran. Además las familias conocen, o deberían conocer más a sus hijos, y saben lo que realmente les gusta, es un trabajo muy personalizado. Nosotros les llevamos cada año a diferentes jornadas donde están todas las universidades y allí se pueden informar. Creo que muchos profesores de bachillerato no sabemos muchas cosas, no tenemos información concreta de la universidad. En nuestro centro existe la orientadora, pero se dedica más a orientar a los alumnos de la ESO y no del bachillerato. Quizás es un tema que tendría que estar más organizado con una persona de referencia que hiciera esta labor cómo actividad principal, pero tendría que ser un trabajo individualizado con el alumnado (Entrevista el 12 de diciembre de 2019).

El profesor de bachillerato hace referencia principalmente a la orientación educativa. Bachillerato está encaminado principalmente hacia la selectividad. Los docentes han de explicar un temario extenso a los alumnos en pocas horas, "nos aprieta para la selectividad". El bachillerato son estudios académicos postobligatorios y la orientación y el itinerario académico posterior del alumno según el docente sería un tema más personal y familiar. En el instituto se explican las diferentes titulaciones de las universidades pero los padres deberían involucrarse más, es un "proceso personal y familiar". En todo caso la orientación debería ser un trabajo compartido entre los profesores, padres y alumnos. Muchos padres se alejan y no ayudan ni apoyan a sus hijos suficientemente. Hay diferencias significativas entre capacidades sociales, culturales y económicas de las familias por las posibilidades de orientación a sus hijos. Aquellos padres con una formación más elevada son más conscientes de su importancia y su implicación en la toma de decisiones de sus hijos. Explica que cada año llevan a sus alumnos a diferentes jornadas de orientación universitaria, los alumnos pueden preguntar directamente a las universidades. La última experiencia universitaria de algunos docentes fue con su salida de la universidad cuando eran estudiantes y en muchos casos hace muchos años; desconocen el presente. Según Ramón todavía hay un largo recorrido para avanzar en referencia a la orientación de la ESO al bachillerato o los ciclos formativos de grado medio y del bachillerato a la universidad o ciclos de grado superior. Quizás una alternativa sería tener en cada centro una profesional de referencia sobre esta temática, con toda la información actualizada y responsable de trasladarla a los profesores.

Laura, profesora de secundaria -orientadora- en un instituto de una población cercana de Lleida, dice:

Es diferente, la orientación depende de las posibilidades que tengas en el entorno, y más en secundaria. Tienes que orientar en general a los alumnos de tercero y cuarto de la ESO, y les tienes que explicar las diferentes posibilidades de estudios, pero realmente sólo puedes orientar, en nuestro caso al bachillerato que nosotros ofrecemos. Muchos alumnos ya ves, que les gustaría más realizar un ciclo formativo más aplicado y práctico y más adecuado a sus intereses personales y profesionales. Pero no hay ningún instituto cercano, o con posibilidades de transporte, que realice ciclos formativos ni de ciclo medio ni de superior. Entonces los alumnos realizan bachillerato en nuestro centro, como continuidad de sus estudios, ya que no tienen más posibilidades porque no hay oferta cercana de ciclos, y además tampoco transporte. A no ser que sean los mismos padres que los lleven o los traigan a localidades que hay a más de 30 km donde sí que hay oferta de ciclos. Muchos de nuestros alumnos hacen bachillerato y acaban abandonándolo porque no se adecua a sus intereses. Entonces están un par o tres de años sin estudiar y algunos se sacan el carnet de coche y se reenganchan a ciclos formativos que ofrecen otras localidades. ¿Cuál sería la solución? Pues según mi opinión sería más ofertas de ciclos de grado medio y superior repartidos por todo el territorio (Entrevista el 12 de febrero de 2020).

Los alumnos que finalizan la ESO en un entorno rural tienen dificultades para acceder a determinados ciclos formativos de grado medio. En algunas zonas los alumnos deben desplazarse a Lleida o alguna capital comarcal para realizar algunos ciclos específicos, "unos 30 quilómetros" y "no hay ningún instituto cercano o con posibilidades de transporte" para realizarlos. En estas localidades el itinerario naturalizado es el bachillerato, "los alumnos realizan bachillerato en nuestro centro, como continuidad de sus estudios", para muchos alumnos la mejor opción sería un ciclo formativo. Se debe tener en cuenta que la formación profesional es más específica, con muchas especialidades y en determinadas zonas hay dificultades para completar la matrícula. Algunos ciclos tienen pocos alumnos y deben cerrarse por escasa demanda. En todo caso, la informante considera que se deberían promocionar más y ampliar la oferta formativa de grado medio y superior en los entornos rurales.

Josep, profesor de bachillerato de un instituto de Barcelona ciudad, dice:

              El instituto está ubicado en un distrito céntrico de Barcelona ciudad. Antes formaba parte del equipo directivo, pero ya hace cinco años que no. Nosotros en nuestro centro tenemos mucha oferta formativa, tanto de bachillerato cómo de ciclos formativos, somos un macro instituto. Pero lo que pasa en la mayoría de los casos es que no tienen claro qué estudiar. Son jóvenes y no han explorado sus puntos fuertes y débiles en referencia a los estudios. Muchos tienen claro que les gustaría realizar este o aquel ciclo o bachillerato pero no son conscientes de sus puntos débiles en referencia a algunos estudios determinados y al final fracasan, ¿no sé si me explico? Pienso que la orientación se tendría que realizar desde bien pequeños para que los alumnos fuesen conscientes de sus potencialidades y debilidades que tienen que fomentar. Además el sistema tendría que ofrecer una orientación más adecuada y personalizada desde segundo o tercero de la ESO. Una cosa es saber la oferta que existe y otra es tener consciencia de tus intereses dependiendo de tus posibilidades y personalidad. Yo llevo 25 años trabajando en el instituto y cada vez más aprecio que existe un grupo grande de alumnado con características más infantiles, menos autónomos, como más consentidos, con poca capacidad de esfuerzo y superación, con baja tolerancia a la frustración, lo que en muchos casos, desencadena el abandono de los estudios postobligatorios si no están muy bien orientados. Tengo alumnos que les ha pasado y al cabo de tres o cuatro años han realizado un ciclo formativo y se han vuelto a enganchar (Entrevista el 12 de febrero de 2020).

El profesor explica su experiencia profesional. En el centro hay mucha oferta formativa, en bachillerato y ciclos formativos. Los alumnos desconocen sus potencialidades, capacidades, motivaciones, intereses…, "son jóvenes y no han explorado sus puntos fuertes y débiles en referencia a los estudios". Quieren realizar unos determinados estudios por el prestigio, moda, empleabilidad, remuneración… sin conocerse a fondo. Robinson (2012) dice que los jóvenes deberían descubrir su elemento, conocerse y saber aquello que más les gusta, su vocación. La orientación debería ser temprana, "desde bien pequeños", aunque sin concretar la edad, y personalizada en la secundaria. En sus reflexiones finales afirma que los alumnos tienen una "baja tolerancia a la frustración"; también, algunos se reenganchan realizando un ciclo formativo.

Clara, profesora del departamento de Pedagogía de la Universidad de Lleida, explica:

Creo que vienen poco orientados, tenemos alumnos que se sorprenden de las asignaturas que tenemos en primer curso del grado. Esto quiere decir que ni sabían las materias que tenían que cursar… imagínate si vienen motivados para superarlas. Esto es un problema porque durante el primer semestre existe un número importante de alumnado que abandona las materias en las que se han matriculado, o bien abandonan el grado. Además, en las reuniones de departamento, los profesores comentamos que cada vez más nos encontramos con un perfil de alumnado poco preparado no tanto a nivel académico, que en algunos casos también, sino a nivel de personalidad. Cada vez son más infantiles, con poca autonomía de esfuerzo y de trabajo, ¿te preguntan y te cuestionan cada cosa?… que parecen de la ESO. ¿No sé…? Cómo con menos estrategias a nivel personal y emocional. Necesitan que les des las cosas cada vez más organizadas y pautadas… Existen diferencias con los alumnos que nos vienen de ciclos formativos, en este sentido es un alumnado más adulto, como si hubiera un salto importante de maduración a nivel personal. Quizás es porque este perfil de alumnado tiene más edad que los que acaban bachillerato y quizás también porque desde ciclos ya vienen con fundamentos teóricos y prácticos básicos relacionados con el perfil del grado que han escogido en la universidad. Sería una continuación de los estudios escogidos en el ciclo superior. En cambio el alumnado que proviene del bachillerato empieza desde cero en este sentido, y con el hándicap que son más jóvenes de edad y sin tener muy claro a qué se quieren dedicar en un futuro (Entrevista el 11 de noviembre de 2019).

Actualmente muchos alumnos llegan a la universidad "poco orientados," desconocen las materias y las capacidades necesarias para seguir adecuadamente el grado. Algunos llegan desmotivados y desde el inicio tienen dificultades para progresar en sus estudios; en el primer semestre dejan asignaturas o directamente abandonan el grado. Los profesores lo han reflexionado en reuniones de departamento, "cada vez son más infantiles con poca autonomía de esfuerzo y de trabajo, te preguntan y te cuestionan cada cosa". La profesora destaca los alumnos de formación profesional, son más adultos, con unos conocimientos y unas capacidades adquiridas previamente. Una opción adecuada para muchos alumnos de primer curso de grado sería orientarlos a ciclos formativos de grado superior para después seguir con la universidad. En este caso, la formación profesional sería un paso intermedio de madurez para asimilar competencias y habilidades previas a su acceso a la universidad.

Los docentes han reflexionado principalmente sobre las posibilidades y dificultades de la orientación educativa hacia el bachillerato y la universidad. Ramón, considera que es un tema pendiente y los docentes tienen muchas dificultades en bachillerato por la selectividad. Laura señala la importancia del entorno, siempre ofrece posibilidades y limitaciones. En un entorno rural los alumnos no pueden cursar determinados ciclos formativos. Josep explica que algunos jóvenes desconocen sus intereses e inclinaciones y la orientación debería empezar en los primeros cursos de secundaria. Clara señala las dificultades de adaptación de muchos alumnos en el primer semestre de la universidad. Para muchos la formación profesional sería una opción adecuada, podrían adquirir determinadas competencias y madurez.

Finalizadas las aportaciones de los docentes continúan las reflexiones de los padres y madres. Pilar es una madre separada de 48 años, con dos hijos adolescentes de 16 y 19 años, vive con sus hijas en una localidad cercada de Barcelona, manifiesta:

Pues cuando yo les preguntaba no sabían qué hacer, en la escuela les van orientando, según ellas me explican, pero supongo que lo hacen de manera general. Ni la una ni la otra lo tienen claro. La mayor empezó el bachillerato artístico pero luego lo dejó. La pequeña tampoco lo tiene claro. Las dos han ido a una escuela concertada y ellas me dicen que han realizado algunas sesiones para asesorarlos y orientarlos, pero con las mías no lo han conseguido. Lo que he hecho yo, durante tres años hace que lo hacemos, es ir al "Saló de l'Ensenyament". Vamos los dos días, porque no te lo acabas. Allí preguntamos, nos dan información, cogemos trípticos y luego en casa nos los miramos y vamos descartando. Hay tanta información que si no vas con un poco la idea clara, te pierdes. Ahora la grande hace un ciclo formativo de grado medio, y está muy contenta. La pequeña no lo tiene aún claro y este año he vuelto a comprar las entradas para el "Saló de l'Ensenyament", a ver si nos decidimos por algo (Entrevista el 1 de diciembre de 2019).

La madre reflexiona sobre la orientación a sus hijas. Los profesores presentan una visión general de los diferentes itinerarios académicos, sin entrar en detalles. Su hija mayor empezó bachillerato, desconocemos la motivación -por la orientación del centro, familia, amigos, decisión propia…- y lo dejó; actualmente cursa un ciclo formativo de grado medio. Visitan principalmente el Saló de l'Ensenyament pero "no te lo acabas", sin unas ideas previas claras todo resulta confuso. Ellas recogen información y después revisan y descartan. Tienen dificultades para situarse con tanta información y posibilidades. En referencia a su hija pequeña, todavía no tiene definido su proyecto y tal como lo explica, parece poco reflexionado, "a ver si nos decidimos por algo, al final".

Jordi de 45 años y padre de un joven de 20 años. Vive en Lleida ciudad con su mujer e hijo, dice:

Orientación… es cómo si nos hablaran en chino. Ni yo ni mi mujer nos dedicamos a la enseñanza, yo trabajo de transportista y mi mujer es administrativa en una empresa de aquí. Así que nosotros siempre le hemos dejado que él escogiera lo que le gusta. Cuando era pequeño aún le podíamos ayudar con los estudios pero cuando se fue haciendo más grande ni su madre ni yo le podíamos ayudar. Menos mal que nos ha salido espabilado. Siempre ha escogido lo que le ha gustado, le gusta más las matemáticas y todo lo que tiene que ver con los ordenadores, está todo el día ahí metido. Ahora hace una ingeniería. Cuando acabó el bachillerato, nos dijo que quería ir a la universidad a hacer ingeniería, y yo le pregunté y, ¿eso dónde se hace? Aquí en Lleida. ¡Ah vale! le dije yo. Es que si dice que tiene que ir a Barcelona no lo hubiéramos podido pagar (Entrevista el 15 de octubre de 2019).

Explica las circunstancias de su hijo en la toma de las decisiones académicas. Desconoce los entresijos de los itinerarios educativos. Cuando su hijo era menor podían ayudarle en los deberes y en determinadas decisiones pero con la finalización de la ESO y después en el bachillerato, no sabían. Siempre han dejado que su hijo tomara sus decisiones, "nosotros siempre le hemos dejado que él escogiera lo que le gusta". Su hijo es "espabilado" aunque desconocemos la relación con sus tutores y profesores del centro educativo. Resultaría interesante tener las reflexiones del joven para esclarecer las motivaciones de sus decisiones. Seguramente los docentes personalizaron su orientación a los niveles superiores. El padre destaca el interés de su hijo por las matemáticas y los ordenadores; seguramente siempre ha tenido claro su futuro ligado a estas disciplinas. La familia no tiene muchas posibilidades económicas, no podrían pagar sus estudios fuera de su ciudad.

Rosa de 52 años, madre de dos adolescentes de 17 y 15 años. Residen en una localidad cercana a Lleida, explica:

Yo soy docente y madre y pienso que la orientación no es una cuestión puntual que tienes que trabajar el último curso, antes de hacer bachillerato o universidad. Nosotros, mi marido y yo, lo hemos ido trabajando desde que eran pequeños orientándolos para que ellos mismos se fueran conociendo en aquello que más les gustaba o tenían más facilidad y en aquello que se tenían que esforzar más. Por lo tanto, la niña o como el niño tienen muy claro a lo que se quieren dedicar en el futuro. La niña está haciendo segundo de bachillerato y quiere hacer un doble grado de biomedicina en Barcelona y el pequeño es más artista, seguramente realizará un ciclo formativo de diseño gráfico o algo relacionado. En el instituto realizan sesiones para orientarlos pero lo hacen el último año, justo antes de tener que elegir. Tendrían que ir haciéndolo en todos los niveles y cursos ajustándolo a cada edad. Sino luego se encuentran que realizan cosas que no les gusta o no les va bien y después en estas edades es difícil de volverlos a enganchar. Por lo tanto, más vale prevenir (Entrevista el 23 de noviembre de 2019).

La madre reflexiona sobre las circunstancias de la orientación en general y en sus hijos específicamente. No es un estado liminal en el cual se toman decisiones puntuales sino un proceso largo, puede iniciarse "desde pequeños", sin concretar, para que vayan conociéndose, encontrando sus potencialidades académicas, habilidades, competencias...; todo aquello que disfrutan haciendo y son más competentes. Los padres han realizado un trabajo continuo con sus hijos desde la infancia, discriminando "aquello que más les gustaba o tenían más facilidad y en aquello que se tenían que esforzar más". Según parece han encontrado su elemento, según las tesis de Robinson (2012), su hija quiere realizar el doble grado de biomedicina en Barcelona y su hijo un ciclo formativo de diseño gráfico o similar. En el instituto realizan sesiones puntuales de orientación, principalmente en el último curso pero debería ser más personalizado, intenso y continuo.

Realizadas las aportaciones de los padres/madres, principalmente reflexiones sobre la orientación de sus hijos; se han presentado tres tipologías familiares diferentes pero representativas. En la primera una madre separada con dos hijos tiene dificultades para orientarlos, tiene muchas dudas de la etapa educativa superior; en el segundo, el padre explica que su hijo ha encontrado su elemento (las matemáticas y la informática) y siempre ha tenido claro cuál sería su actividad profesional; en el tercero, su madre es docente y por su profesión conoce la importancia que los niños/jóvenes descubran sus potencialidades y limitaciones. La orientación es un proceso de largo e intenso recorrido.

Seguimos con las aportaciones de los jóvenes, en algunos casos todavía alumnos, explican sus circunstancias e itinerarios personales y la orientación educativa recibida, apoyo de sus padres e influencia del grupo de iguales. Sergi de 26 años, actualmente trabaja en una residencia de ancianos. Vive actualmente en Lleida, anteriormente residía en una localidad cercana, manifiesta:

Estudié hasta 4º de ESO en un centro concertado. Allí no me orientaron mucho ya que no hacen ni bachillerato ni ciclos, la verdad es que lo encontré a faltar, porque mis padres tampoco me podían ayudar pues todo esto les queda muy lejos. Lo normal de todos los chicos de mi clase en la ESO era ir a bachillerato pues yo allí que me apunté, sólo miré las materias de los diferentes bachilleratos que me gustaban más y me apunté al social, decían que era más fácil. El primer curso aún lo fui sacando pero el segundo lo repetí y al final abandoné sin aprobarlo. Mis padres… lo único que me decían eran que en casa no me querían todo el día, que buscara trabajo o que siguiera estudiando, ¡como si fueran tan fáciles las dos cosas! Luego un compañero de clase que estaba en la misma situación que yo me dijo que se iba a hacer un ciclo formativo de atención a las personas y me apunté con él. La verdad es que no sabía muy bien de que iba, pero al final me fue gustando y lo acabé. Lo que más me gustó fueron las prácticas y que entendía lo que estaba estudiando y por lo tanto lo aprobaba con buena nota. Luego me animé a hacer dos grados formativos de grado superior, cuando acabé uno hice el otro para seguir estudiando un poco más, no me veía en la universidad, así que realicé un segundo grado superior. Gracias a uno, ahora trabajo. Me gusta, estoy bien por ahora. (Entrevista el 29 de noviembre de 2019).

El joven tuvo una orientación deficiente cuando finalizó la ESO y por este motivo realizó bachillerato, como hacían sus compañeros, era el camino más natural; tomó la decisión sin tener en cuenta su motivación, interés, capacidades, habilidades… Sergi desconocía la mejor opción para él y finalmente eligió lo que hacía la mayoría. En el colegio "no me orientaron mucho", también explica que sus padres desconocen las posibilidades y entresijos de los estudios postobligatorios, "mis padres tampoco me podían ayudar pues todo esto les queda muy lejos". El joven tomó decisiones académicas relevantes sobre su futuro sin orientación y asesoramiento informado (docentes y familiares). Destaca las dificultades del bachillerato, "el segundo lo repetí y al final abandoné sin aprobarlo". Un amigo le informó que comenzaría un nuevo grado formativo de atención a las personas en un instituto cercano. Resulta relevante quién informa al joven, un amigo, del grupo de iguales; seguramente tenía una relación lejana y fría con sus padres y profesores. Progresivamente se engancha de nuevo a la educación con un ciclo formativo de grado medio, al principio desconocía los contenidos, habilidades, capacidades…, "no sabía muy bien de que iba, pero al final me fue gustando y lo acabé". En la actualidad está trabajando en una residencia de mayores en Lleida ciudad con un proyecto profesional definido.

Alba de 22 años, actualmente estudia un doble grado en Barcelona. Reside con sus padres en una localidad cercana de Barcelona, explica:

…mis padres me han ayudado. En el centro nos hicieron dos sesiones para indicarnos las posibilidades de ir a la universidad o a ciclos formativos de ciclo superior. Pero muy general, para todos. Yo he tenido la suerte que mis padres me han acompañado siempre, cuando tuve que escoger en 4º de la ESO, en bachillerato y el año anterior a la entrada a la universidad. Este curso estuvimos durante todos los fines de semana mirando las páginas webs del Departament d'Ensenyament, mirando los diferentes grados, sus materias, las salidas profesionales, dónde se realizaban… y así íbamos descartando según mis intereses. Al final me quedé con dos grados, el que estoy cursando actualmente y otro. Al final me decidí por el doble grado porque lo encontré más completo y con más posibilidades de futuro. Además las materias las encontraba más atractivas. Sin la ayuda de mis padres me hubiera costado muchísimo decidirme. Estuvimos todo el curso, cada fin de semana nos poníamos un rato los domingos a la tarde y al final creo que escogí muy bien. Me gusta, estoy motivada y le encuentro muchas posibilidades para mi futuro inmediato. Lo que me preguntas sobre la orientación recibida en el centro, en mi caso bastante pobre. Creo que es muy importante porque yo tengo suerte con mis padres pero tengo amigas que no tienen la misma suerte, y han sido ellas solas las que han tenido que decidir con sus aciertos y sus errores (Entrevista el 22 de noviembre de 2019).

Actualmente está matriculada en un doble grado en Barcelona. Su decisión fue de largo recorrido, se tomó tiempo para buscar información, analizar y reflexionar los fines de semana con sus padres. La orientación en el centro fue pobre, solamente nos hicieron "dos sesiones para indicarnos las posibilidades de ir a la universidad o a ciclos formativos de ciclo superior" y una orientación completa y personalizada requiere un abordaje más complejo y duradero. Destaca el trabajo de acompañamiento y apoyo de sus padres para descubrir intereses y descartar itinerarios. Al final del proceso tomó una decisión fundamentada. La orientación no son actividades puntuales sino un proceso largo de descubrimiento personal y proyección al futuro. Sus padres le ayudaron en todo el camino, sin su apoyo no tendría las ideas definidas, "me gusta, estoy motivada y le encuentro muchas posibilidades para mi futuro inmediato". Algunas amigas suyas no han tenido tanta suerte y han estado solas, "con sus aciertos y errores".

Aura de 23 años, trabaja en un supermercado, reside en una localidad cercana de Barcelona, dice:

Quería hacer educación primaria pero no entré por nota y me fui a hacer filología catalana. La verdad es que no me motivaba mucho, no me gustaban las materias, ni los trabajos que tenía que realizar. Fui aprobando materias pero cada vez me quedaban más, así que hice un parón y reflexioné. Al final decidí dejarlo el curso pasado. Ahora estoy trabajando en un supermercado y me estoy planteando de empezar un ciclo de educación infantil, el curso que viene. Creo que me gustará y después quizás pueda volver a la universidad, pero al menos ya podré trabajar con niños, que es lo que a mí me gusta. Soy monitora de "esplai" y siempre me ha gustado. Quizás me equivoqué en hacer bachillerato o querer ir a la universidad tan pronto. Mis padres me dicen que lo mejor hubiera sido, al no entrar en educación primaria que hubiera hecho un ciclo formativo. Pero esto me lo dicen ahora, no antes… y fracasé y ahora no tengo ni una cosa ni otra. Por eso me planteo comenzar el ciclo formativo que te he comentado.

Pues la verdad es que no… no iba nada orientada, ni por parte del instituto ni de mis padres y así ha acabado todo. Pero nunca es tarde. El año que viene seguro que empiezo (Entrevista el 10 de febrero de 2020).

La joven realizó bachillerato y cursó el grado de filología catalana y lo abandonó. Aprobaba algunas asignaturas y otras suspendía, "no me motivaba mucho, no me gustaban las materias, ni los trabajos que tenía que realizar". Después de reflexionar abandonó los estudios y se puso a trabajar en un supermercado. Tiene experiencia de monitora de ocio y esto "siempre me ha gustado". Expresa claramente que quizás se equivocó en hacer el bachillerato y no un ciclo formativo. Siente frustración "y fracasé y ahora no tengo ni una cosa ni otra". Si hubiese realizado el ciclo formativo tendría unos conocimientos, competencias, madurez; podría trabajar en una escuela de educación infantil y también más posibilidades de acceder al grado de primaria o infantil, "quizás me equivoqué en hacer el bachillerato o querer ir a la universidad tan pronto". Actualmente se plantea cursar el ciclo formativo y seguir trabajando. Explica que no estaba bien orientada por sus padres y profesores. Seguramente con una orientación más adecuada hubiese tomado otras decisiones.

Antonio de 22 años, estudia un grado de fisioterapia en Tarragona, reside en Lleida explica:

Empecé el grado de educación física, pero no me acabó de gustar, no era lo que me esperaba. Sí, sí, claro que miré las materias pero me pensaba que serían diferentes, no sé… y lo dejé. Ahora estoy haciendo el grado de fisioterapia en Reus. Sí… estoy muy contento, me gusta y además la mayoría de los que estamos en clase somos más o menos de la misma edad. Algunos de mis compañeros han realizado antes un ciclo de grado superior o bien, les ha pasado como a mí que han empezado un grado, lo han dejado y ahora están aquí. Así que hemos hecho un grupo muy majo de la misma edad más o menos.

…pues fue un poco de casualidad… no estaba motivado en INEF y un amigo me comentó que su novia estaba estudiando fisioterapia y que le gustaba mucho. Me informé y decidí empezar y la verdad es que creo que lo he acertado. Le veo oportunidades tanto de seguir estudiando cómo de trabajo (Entrevista 02 de febrero de 2020).

El joven estudia el grado de fisioterapia, anteriormente realizaba educación física. Reflexiona sobre las dificultades que tuvo en la transición del bachillerato a la universidad. El grado de educación física no le gustó, "no me acabó de gustar, no era lo que me esperaba", sus conocimientos previos no eran exactos y no se ajustaban a la realidad. En su clase, algunos compañeros cursaron un ciclo formativo de grado superior y otros abandonaron diferentes grados universitarios. Su descubrimiento resultó casual, "pues fue un poco de casualidad", un amigo le informó de esta posibilidad. Su principal fuente de información fue el grupo de iguales, no la orientación de adultos informados -padres y/o docentes-. Dice que le gusta, está contento con la decisión tomada, "la verdad es que creo que lo he acertado".

Las aportaciones de los jóvenes resultan interesantes por ser vividas en primera persona y la proximidad vital de sus experiencias. Sergi estudió en un colegio concertado que solamente ofrece la educación secundaria obligatoria. Cuando terminó no sabía que estudiar y como la mayoría hacían bachillerato, hizo lo mismo. Repitió diferentes cursos hasta que abandonó. Después un amigo le informó que empezarían un ciclo de atención a las personas y se reenganchó al sistema educativo. Alba explica otras circunstancias. Sus padres se ponían con ella los fines de semana y analizaban los diferentes itinerarios académicos. Al final tomó una decisión fundamentada y "me gusta y estoy motivada". Aura quería realizar el grado de educación primaria, no entró y entonces se matriculó en otro. Suspendía asignaturas hasta que lo dejó y se puso a trabajar. Actualmente se plantea reengancharse de nuevo en un ciclo formativo. Antonio realiza el grado de fisioterapia y fue un amigo quién le explicó sus características. El grupo de iguales resultó significativo para tener la información; en cambio, la orientación de los docentes y padres fue general, puntual y demasiadas veces poco significativa.

 

Conclusiones

El artículo ha pretendido mostrar una realidad educativa conocida por los alumnos, padres y docentes y demasiadas veces poco estudiada y explicitada. Se han presentado datos cuantitativos del Ministerio de Educación y Formación profesional y del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. En el curso 2019-2020 en España había un abandono temprano escolar de 17.9%; ha habido un progreso importante, en el 2008 estaba en 31.7% y progresivamente han mejorado los datos aunque lejos de la media europea. En referencia a Cataluña, está situada en la parte media del total de las comunidades autónomas, con un 17.0% de abandono temprano. En la universidad española, el primer año un 21.5% de los alumnos abandonan. Para Fernández Enguita et al. (2010) el fracaso escolar y el abandono prematuro son aspectos similares. Los centros educativos no capacitan suficientemente a los jóvenes para un mercado laboral complejo y cambiante, siendo los estudios postobligatorios necesarios para tener garantías de adaptabilidad y empleabilidad. Elzo (2000) considera que muchos jóvenes construyen su vida como si fuese un puzle, poniendo y sacando piezas, sin un modelo definido. Sánchez (2001) sitúa las dificultades del tránsito al bachillerato y a la universidad en una deficiente orientación educativa en la secundaria obligatoria. Para Robinson (2012) muchos jóvenes no han encontrado su elemento, su vocación. Según Valiente (2014) los alumnos con unas capacidades más prácticas y utilitarias deberían ser orientados a la formación profesional. Todavía demasiadas veces muchos no llegan.

Las aportaciones de los entrevistados han resultado iluminadoras para comprender la complejidad de la orientación a los niveles postobligatorios. Según Ramón el bachillerato está orientado a la selectividad y los docentes lo tienen muy difícil. En su centro educativo la orientadora se centra en la ESO y no en el bachillerato. Laura reflexiona sobre los centros educativos en entornos rurales, los alumnos tienen pocas posibilidades de matricularse en los ciclos formativos por escasez de oferta. Josep hace referencia a los alumnos que desconocen sus potencialidades, capacidades, motivaciones, intereses… La orientación debería ser temprana para ayudar a los alumnos a encontrar su vocación. Clara analiza el abandono de los alumnos en los primeros cursos de la universidad. Algunos empiezan desmotivados y pocos conocimientos de la universidad y sus estudios. Los alumnos de ciclos formativos llegan mejor preparados, son más adultos y con unas competencias y habilidades que muchos de bachillerato no tienen. En referencia a los padres también hay diversidad en la orientación a sus hijos. Pilar confía en el Saló de l'Ensenyament para ayudar a sus hijas a tomar una decisión. Jordi no tiene la capacidad de orientar y asesorar a su hijo, aunque ha salido "espabilado"; en este caso, seguramente la orientación de los docentes fue significativa. Rosa destaca la importancia de la orientación y desde la infancia se debe ayudarles a encontrar su elemento. Los jóvenes también han realizado aportaciones valiosas. Sergi explica que la orientación en su centro era muy limitada y cuando finalizó la ESO hizo como la mayoría de sus compañeros, bachillerato, sin tener un conocimiento adecuado de estos estudios y sus posibilidades. Para Alba la orientación es un proceso de largo recorrido, los fines de semana padre-madre e hija buscaban información, analizaban y reflexionaban sobre los diferentes grados universitarios. Aura considera que se equivocó al no realizar un ciclo formativo, más adecuado para ella, más próximo a su vocación y mejor inserción laboral. Siente que fracasó por no tomar las mejores decisiones.

Se han presentado las dificultades del tránsito de los alumnos de la ESO a los estudios postobligatorios -ciclos formativos de grado medio o bachillerato- y de bachillerato a la universidad. Un porcentaje significativo fracasan y abandonan los estudios. En una sociedad avanzada los ciudadanos deben tener las mejores posibilidades de integración, empleabilidad y competencia profesional. La formación profesional debería ser más significativa para los jóvenes con habilidades más utilitaristas y prácticas. Para muchos, los ciclos formativos son una oportunidad de engancharse (o reengancharse) al sistema educativo y adquirir unas competencias educativas y profesionales demandadas en el mercado laboral. La orientación no debería ser un azar o una casualidad -por los padres, docentes y grupo de iguales-, sino una oferta educativa personalizada para ayudar a todos los alumnos a construir su itinerario académico, vital y profesional.

 

Financiación

Sin financiación expresa.

 

Conflicto de intereses

Ninguno.

 

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[1] Según Fernández Enguita et al. (2010) el fracaso escolar no tiene una definición clara compartida por los especialistas, para algunos sería no terminar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), para otros sería no terminar los estudios postobligatorios. Cuando un individuo no alcanza los objetivos que la sociedad y la economía consideran convenientes y exigibles, aunque no sean obligatorios, se puede hablar también de fracaso escolar.

[2] Según Fernández Enguita et al. (2010) el abandono escolar prematuro son aquellos que no han superado la secundaria superior (el bachillerato o ciclos formativos de grado medio).

[3] Para realizar las entrevistas se ha definido un guion básico de los temas a tratar, ha sido flexible y se han facilitado las reflexiones y opiniones de los entrevistados.

[4] Últimos datos disponibles.

 

[5] Últimos datos disponibles.